ESTOY VIVOOOOO éste capítulo es larguísimo, mil disculpas por la demora y muchas gracias por quiénes aún siguen leyendo ♪ヽ(・ˇ∀ˇ・ゞ)-- -- -- -- -- -- -- - - - - - - - -
–Ya me voy, chicos. ¿Quieren que traiga algo por la tarde?–
Papyrus fue el primero en alzar una mano enérgica en forma de despedida. Su trabajo como policía tenía una paga increíble, y su gran posición estaba bastante ligada al trabajo que había hecho como guardia real. El único problema era que sus horarios eran de tarde hasta entrada la madrugada, y en su nuevo trabajo, coordinar con los horarios de sus hermanos parecía muy difícil.
–¡Claro, hermano! ¡Disfruta de tu primer día!–
Geno, vestido con un gran abrigo, se paró en la entrada principal de la casa. El clima poco a poco se iba enfriando con la llegada del otoño, y con su salud actual, debía ser cuidadoso. Ese pequeño retraso le dio el tiempo suficiente para que Sans lo interceptara.
–Espera, Geno, aquí tienes.–
Entre sus manos, un pequeño tupper despedía un aroma familiar. "Tarta de caramelo", pensó, aquel dulce alimento que lo había salvado. Una solución tan simple y encantadora que, incluso en ese momento, parecía entregarle un poco de felicidad con la memoria que el aroma le brindaba.
–Tori dijo que te daría más energía, ya que todos te veíamos algo decaído.–
Cierto rubor coloreó el rostro de Geno. ¿Tanto se notaba? Ellos se habían vuelto realmente buenos en detectar esos detalles, debía ir con cautela.
–Oh... Muchas gracias, se lo agradeceré más tarde.–
–Bueno, es mejor que te vayas ya, no vaya a ser que te desPIEdan el primer día por llegar tarde.–
Geno ahogó una risa. Una enérgica voz resonó desde la cocina. Ambos se ganaron un buen regaño de Papyrus. El de ojo derretido salió a paso tranquilo del hogar. Los trabajos de los monstruos eran casi todos iguales; su magia ayudaba mucho en los rescates o en trabajos pesados. Era común verlos salir de sus casas y agruparse con amigos o conocidos para volar, nadar o reptar a sus respectivos puestos, resguardándose con su propia gente bajo un sol al que aún no se acostumbraban.
La vida en el exterior no era como se pintaba. Claro, todo fue risas y felicidad una vez lograron cruzar la barrera, pero muchas cosas tuvieron que cambiar para generar una convivencia aceptable. El rey Asgore perdió totalmente su título en el exterior (lo que, por curioso que parezca, emocionó mucho a Papyrus, ya que ahora conocer al "rey" era mucho más fácil que antes). El aumento en la población hizo que los precios de las viviendas subieran más allá de lo esperado, haciendo que para Geno fuera imposible vivir solo. Además, el hecho de que dos culturas convivieran muchas veces resultaba difícil, incómodo y enfadoso.
Pero no todo era horrible. Si tenías la paciencia suficiente y la disposición para seguir adelante, tarde o temprano empezarían a entenderse. Geno lo había sentido en carne propia, aunque en circunstancias muy diferentes.
El esqueleto de menor altura se abrió paso con parsimonia por el amplio bosque. Algunos humanos y monstruos paseaban por el lugar. El uniforme le quedaba un poco holgado, a raíz de la carne ausente en su cuerpo.
"Bien... No lo arruines, Geno, tendrás pocas oportunidades como esta", pensó, sintiendo el nerviosismo colgarse en su garganta. No se trataba de algo que jamás hubiera hecho antes. Como Sans, alguna vez había tomado un puesto de guardia en un bosque. Dispuesto a tomar su primer turno, se dejó absorber por el sonido del crujir de la tierra bajo sus pies y las distantes voces humanas circundantes.
ESTÁS LEYENDO
Familia [Afterdeath]
Fanfiction"Por fin saldré de éste maldito lugar, la oscuridad profunda y la soledad ya no me atormentaran más" Pero Geno en realidad nunca estuvo totalmente sólo y ahora deberá dejar atrás a alguien importante, quién lo amó y veló por él durante todo ése tiem...