Giselle se quedó bajo sus mantas, en pijamas, porque su uniforme había quedado muy mojado. No sabía si temblaba por el frío o por el miedo. Acababa de ver a las tres chicas que más admiraba siendo lo que menos se esperaba, eran...¡No! Ni siquiera lo quería pensar, si lo hacía, puede que se vuelva realidad. No quería. No, no, no. Era el cumpleaños más extraños que ha tenido en su vida.
La imagen de Winter con la sangre de goteando de su mentón, junto con sus colmillos y sus ojos rojos, no podía salir de su cabeza ¿Y Ningning también hizo eso? Su mentón y parte de su camisa blanca estaba manchada. Puede que Karina sea la única normal ¿Y por qué no las reportaba a la policía? Puede porque estaba saliendo con Winter ¿Quién era Minjeong? No conocía a nadie con ese nombre ¿Será otra....no quería pensar en esa palabra. Aunque no parecían seguir el estereotipo de eso monstruos, eran más la parodia del significado.
Un estruendo en el primer piso hizo abrir los ojos de golpe. Se destapó y bajó corriendo ¿Habían venido a matarla? Sus padres la matarían por eso. Sin bajar del último escalón se quedó mirando la pared al lado de su puerta. Bueno, donde debería de estar la pared, ya que ahora se encontraba un gran agujero. Ningning estaba en el centro, con una sonrisa y un pastel entre sus manos. Su pie derecho estaba levantado, seguro por romper la pared. Atrás estaba Karina y Winter con botellas de vino en las manos.
—¡Feliz cumpleaños!—exclamaron las tres al mismo tiempo.
—¿Podemos entrar?—preguntó Karina.
—No...—Giselle estaba concentrada en los escombros del suelo de la pared.
Las tres chicas bajaron la mirada, se habían emocionado la idea de ir a un cumpleaños. Hace mucho que no celebraban uno, la gente no solía tener la valentía de invitarlas, muy hermosas para creer que irían a una simple invitación. Winter miró a Giselle y caminó hacia ella, pero deteniéndose en la improvisada entrada.
—Si no te agrada, te puedo borrar la memoria.
—¿¡Cómo vas a borrarme la memoria si destruiste mi casa!?—estaba enojadísima.
Winter miró a Karina a por ayuda. No encontraba lo malo del plan ni el enojo de la humana. Karina puso su mano en el mentón para pensar mejor la situación. Al ser la vampira con más años y experiencia, la convertía automáticamente en la líder.
—Creo que es un poco tarde para borrarle la memoria—murmulló y asintió ante sus propias palabras—. Hay que matarla.
—¡No me maten!—alzó sus brazos—. Bórrenme la memoria y yo me las arreglaré por lo de la pared.
—Para eso nos tienes que dejar entrar—dijo Ningning, aun con el pastel entre sus manos.
—Pueden hacerlo.
—Muchísimas gracias—dijeron todas mientras caminaban.
—Es una casa pequeña—comentó Karina, mirando todo el lugar con asombro.
—Con el tiempo las casas se van poniendo más pequeñas—explicó Winter que dejó las botellas de vino sobre un mueble—. Como las orejas de los hombres.
—Y la ropa de las tiendas—agregó Ningnig que fue a dejar el pastel a la cocina.
—Y la ropa interior—murmulló Karina—. Cada día me sorprende más tu inteligencia, Minjeong.
Giselle no se podía creer lo que estaba viviendo. Tres estúpidas criaturas examinando su casa como si nunca antes hubieran entrado a un lugar.
Winter se colocó al frente de ella y le sonrió, mostrando sus colmillos afilados.

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Thirsty [Aespa]
FanfictionTres vampiras hacen lo posible para adaptarse entre los humanos, haciendo lo posible para llevar una vida normal. Aunque es dificil cuando son seres superiores, inmorales y tienen que matar para alimentarse. Cuando Giselle descubre su secreto, deci...