Vier

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El resto de su vida parecía seguir con normalidad. Se seguía sentando con Yunjin y apenas ponía atención a la clase. Tenía muchas cosas en su mente como para ponerle atención al profesor, además ¿Cómo podía hacerlo si había una ventana rota? Eso era lo más normal que había visto en el día. Al llegar al colegio se encontró que la mitad estaba quemado ¿Cuántas veces había luchado Ningning contra nadie?

"Lo importante es que ganó" se imaginó que diría Karina.

Se recostó en su mesa y miró a las tres chicas que hablaban sin parar, sin importarle la presencia del profesor. Antes las envidiaba, ahora...también. No tienen que estudiar para sobrevivir y no tienen preocupaciones. Ser una vampira parecía tan tentador que quería saber más de ellas. Es por eso que por primera vez desde que las conoce, les puso atención a lo que hablaban. No sabía por qué no lo intentó antes, tal vez por alguna hipnosis que ya no le hace efecto.

—No te creo—dijo Ningning.

—Lo juro por mi almuerzo de hoy que si puedo hacerlo—dijo Karina—. Miren y admiran mis poderes—estiró su dedo meñique y con la punta golpeó la mesa, haciendo que se partiera en dos.

Nadie más que ellas reaccionaron.

—¡Eso es fantástico!—chilló Winter—¿Cómo supiste que puedes hacer eso?

—Siempre lo supe—dijo con orgullo—, mis habilidades son mucho mejor de lo que ustedes pueden imaginarse.

—Yo igual quiero—dijo Winter y golpeó la mesa con fuerza, logrando partirlo en dos—¡Woooo!

Giselle asintió con la cabeza con lentitud mientras volvía a mirar al profesor ¿Cuántos siglos tardaron para descubrir eso? Nunca había visto a una persona tan estúpida y no se podría creer que fueran tres. Volvió a mirarlas, preguntarse si toda la gente en ese tiempo fue así o era un efecto secundario de ser una vampira. En las películas siempre mostraban a la gente del pasado más serios e inteligentes que ahora. Aunque ahora que lo pensaba, tenía más sentidos que fueran unos idiotas, no tenían ni la mitad de los conocimientos de lo que tienen ahora.

Cuando sonó el timbre, Ningning se levantó casi de un salto y fue directamente hacia ella. Su coleta alta se movía de una forma exagerada en cada paso, pero la vista de los humanos eran más exageradas ¿Estaba acercando a alguien más? ¿¡La hermosa Ningning estaba yendo hacia Giselle!? Nadie se podía creer lo que estaba viendo. Yunjin se quedó callada al ver a Ningning tan cerca, era más bella y más pálida. Era como ver una verdadera diosa.

—Deberías comenzar a sentarte con nosotras—los ojos de Yunjin se abrieron como platos al escuchar eso ¿A quién le había vendido el alma para que una de las chicas más populares e inalcanzable le hablara? Esperaba que le diera el dato.

—Prefiero mantener un poco la distancia—respondió con calma—. Hasta que sane mi brazo—dijo alzando el yeso.

—Pero ustedes se demoran mucho en sanar—hizo un puchero—. Siéntate a lado mío, por favor.

—No, gra—Yunjin la agarró del cuello de su camisa para susurrarle—¿Qué?

—¿¡Qué mierda estás haciendo!? ¿Cómo puedes ser capaz de rechazar a Ningning? ¿Tienes idea el privilegio que tienes en que te ofrezca el asiento a su lado?

Giselle la miró a los ojos, no sabía como decirle que Karina le rompió el brazo por accidente y que Ningning quemó su casa. Luego miró a la vampira, que esperaba que aceptara su oferta, estaba nerviosa. Minjeong y Jimin no tardaron tanto en tener una relación cuando se conocieron. No podía entender por qué ella estaba tardando dos días ¡Le hizo un pastel! Se mordió el labio al ver que Giselle estaba por negarse. Aunque ya vivieran juntas, uno pasa más tiempo en el colegio que en la casa.

—Dale una oportunidad—dijo Yunjin—. Y pregúntale que crema usa para tener esa piel tan perfecta.

"El truco es matar y chupar sangre humana" pensó Giselle y luego notó que todos estaban atentos a su respuesta. Cada uno de sus compañeros esperaba un sí, con eso ellos pensarian que tenían una esperanza de poder hablar con ellas. Si la nerd con lentes puede hacerlo ¿Por qué ellos no? Giselle tenía la misma duda ¿Por qué ella y el resto no? Pensó en él lo que mencionó Ningning, el "click" ¿Dónde había escuchado ese término antes? Inclinó un poco la cabeza al recordarlo en la película Hotel Transilvania. Al parecer no todo de las películas de vampiros era falso.

Negó con la cabeza, pero sus mejillas se sonrojaron a medida que recordaba, la escena que explicaba era el "click". Miró con miedo a Ningning ¿¡Ella tuvo el click con ella!? Se levantó, tirando la silla al suelo. El silencio del lugar no existía, porque Winter y Karina estaban hablando los buenos tiempos que eran los 80 y lo deliciosa que era la sangre en ese tiempo.

—¿Por eso no me mataste?—preguntó Giselle.

Curiosamente, nadie reaccionó a sus preguntas, como si no lo hubiesen escuchado.

—¿Tuviste Click conmigo?

—¿Sabes lo que es?—Giselle sabia que si no fuera porque era una vampira y seguramente su cuerpo era como el de un muerto, estaría sonrojada—. Esto es un poco vergonzoso.

—¿Te gusto?

—Es mucho más que eso—murmulló mientras se rascaba el cuello y miraba a otro lado.

El resto no podían ni susurrar sobre el tema. Era el plotwist más extraño que han visto en su vida. Siendo la primera vez que se veían juntas y que la niña popular se confesara a la asocial Giselle, una mujer que según ellos no tenían nada que llamara la atención ¿De qué se habían perdido? Necesitaban detalles y es por eso que no hablaron, estaban callados para escuchar todo con claridad.

—Desde que te vi que no he podido dejar de pensar en ti—confesó—. Porque con solo verte entrar al salón hizo que sintiera que mi cuerpo volviera a la vida y me sentí mucho mejor de lo que Karina me dijo que sentía. Es como vivir un sueño, donde flotas y lo único que quieres hacer es estar cerca de esa persona, pero

—Pero no siento nada por ti y es raro salir con alguien como tú—susurró, haciendo que más de uno se tapara la boca ante la sorpresa.

—Supongo que esta época es más difícil esto del amor a primera vista—rio un poco.

—¡Inténtenlo!—gritó alguien.

—¡Dale una oportunidad!—gritó otro.

—¿Puedo pedirle a Winter que les borre la memoria?—preguntó en un susurro.

—Si si—miró hacia donde la pareja, que se encontraban besándose con lentitud—. Cuando se desocupen.

—Entonces quiero que vayamos lento—dijo mirando a otro lado—. Aun no termino de asimilar todo...esto y quiero pedirles algo.

—Pídeme lo que quieras.

—Dejen de destruir la ciudad y arreglen lo que ya hayan hecho—la imagen de sus padres comiendo entre las cenizas no salía de su cabeza.

Ningning miró hacia arriba, era difícil. Llevaban muchos años en esta pequeña ciudad, ya no recordaba ni la mitad de las cosas que destruyeron. Miró a su alrededor. La ventana rota, las dos mesas partidas en dos, su compañero con anemia, su propio uniforme quemado y el brazo roto de Giselle. Asintió con la cabeza, no iba a ser tan difícil. Empezar a comportarse como debería, porque a las tres se les había olvidado de lo que significaba ser un vampiro: Un ser superior a un humano, no alguien que una humana como Giselle los viera con si fueran perros malcriados.

—Iré a por mesas nuevas—susurró mientras se iba.

Gise se volvió a sentar, incómoda de aún ser vista por todos ¿En qué habían quedado? Los murmullos comenzaron a rodearla ¿Escuchaste su respuesta? La magia de Karina había logrado censurar sus palabras.

Pero afuera, un chico que observó a Ningning salir con la cabeza agachada, sonrió mostrando sus colmillos al encontrar la oportunidad de enfrentarlas. Con solo olerla podía saber que esa mujer estaba triste. Olió un poco más, moviendo su nariz. Logró identificar un poco de feromonas humanas, uno que se entrelazaba con el de Ningning.

Se rascó la oreja y se dio vuelta para avisarle a su manada que las vampiras de la ciudad tenían una debilidad que podían aprovecharse: una humana. 

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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