Drei

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Hasta a ella le sorprendía lo rápido que aceptó ir donde las chicas ¿Tan aburrida era su vida como para aceptar cualquier cosa? En realidad esa no fue la única razón. Luego de borrarles la memoria a sus padres y a los vecinos (donde Winter golpeó cada puerta del sector para hacerlo mientras Giselle estaba en el hospital), se dio cuenta de lo desastrosas que eran las chicas.

Cuando caminaba al hospital acompañado de Ningning, notó que extrañamente todas las hipnosis que le había puesto Winter para tapar sus fallos como vampiro, se fueron. Lo notó al recordar cosas del colegio como el que desde que llegó al colegio que veía a las chicas en el pasillo y cursando los últimos dos años. También estaba el recuerdo de Karina jugando basquetbol y lanzando la pelota tan fuerte que rompió el techo. De Ningning gritando que tiene hambre y robándole sangre a un compañero, que no logró matar porque un profesor la detuvo entre el pánico del salón. De las chicas llegando constantemente con la ropa manchada de sangre y Winter hipnotizando a todos cada vez que entraban al salón.

Si no fuera por la hipnosis, claramente los vampiros puede que sean como en las películas.

Tenía que hacer algo para que dejaran de destruir la pequeña ciudad donde vivían, ya que entre más tiempo pasara, más casas destruidas se encontraba ¡Y lo peor de todo es que los propietarios seguían viviendo ahí! Mientras salía del hospital, con el brazo con un yeso, le preguntó a Ningning que iba a pasar con sus padres.

—Winter ya lo solucionó, no te preocupes—dijo mientras miraba su celular.

No tuvo que investigar mucho para saber lo que significaba para ellas "Winter lo solucionó". Aeri ya sospechaba que utilizó la hipnosis, pero cuando volvió a su casa y se encontró a sus padres sentados en el escombro como si estuvieran una agradable cena, se dio cuenta de que no solo taparon sus descuidos, también la borraron completamente de la memoria de sus padres.

¿Y ahora qué?

Se dio vuelta y siguió a Ningning hacia lo que ella decía que era una mansión. Se sentía culpable por dejar su vida atrás como si nada. No sentía ningún tipo de apego a su vida, a su familia ni a su hogar, aunque bueno, tal vez sí ante sus comics, libros y posters, pero todo eso ya se había quemado. En conclusión: Aeri ni siquiera pensó en las consecuencias de comenzar a vivir con sus compañeras de curso que son unas vampiras irresponsables. Porque ella tampoco era el sinónimo de mujer responsable. En realidad, no era muy distinta a sus nuevas compañeras de casa.

—Es acá—dijo Ningning con una sonrisa, orgullosa de su hogar.

Lo primero que vio fue un departamento de cinco pisos, blanco y moderno. Tan simple que no llamaba la atención de nadie. Ante la decepción, se sobó los ojos como si tuviera sueño y la imagen cambió completamente. Era una casa antigua de tres pisos, de madera, y con un extraño jardín que parecía una selva. El diseño gótico y las luces que seguramente eran de velas, su valla que llegaba a la mitad de la casa de hierro puntiagudo. Era un lugar hermoso, mucho más de lo que se imaginaba que era una casa para personas como ellas. Era mucho mejor que la casa moderna de Crepúsculo. Se acercaba más a la película de los locos Adams. Se parecía a lo que se imaginaba que podría tener como hogar el mismísimo conde Drácula.

—¿Por qué lo ocultan del resto?—preguntó la humana, sin poder apartar la mirada del lugar.

—¿Lo puedes ver?—frunció el ceño por la confusión, pero lo dejó pasar rápidamente—Es porque al inicio de los 2000 comenzaron a molestarnos las inmobiliarias para construir edificios. Horribles tiempos.

—¿Y como es que la hipnosis sirve para todos?—Ningning negó con la cabeza y apuntó el suelo. Giselle observó una larga línea de símbolos extraños tallados en la acera de la calle. Parecido a la versión minimalista de los signos zodiacales.

Thirsty [Aespa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora