ℙ𝕚𝕝𝕠𝕥𝕠. ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙 (parte 2)

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Por fortuna, la mañana siguiente trajo consigo el cielo más despejado que cualquier persona podía disfrutar. Para entonces Lucifer se las había arreglado para poder investigar y llegar a tiempo a cierta ceremonia que se llevaría a cabo en una de las iglesias de la ciudad. Se trataba de una edificación pequeña, pero con toques que le daban un aire elegante y hermoso. Perfecto para una boda.
Lo primero que Lucifer notó fue la impresionante decoración que envolvía la ceremonia, una buena cantidad de invitados y claro el novio y la novia escuchando el sermón del sacerdote. No fue difícil para Lucifer encontrar entre la multitud al individuo que estaba buscando ya que se encontraba parado justo en el altar de mármol junto al obispo y a la novia.
En parte se le hacía algo sorprendente en como la novia a pesar de que su tradicional vestido de bodas de la época se podía notar a primera vista de que se trataba de una mujer mucho más joven que el mismísimo novio de aspecto físico corpulento y su edad rondaba los 50. Su cabello sufría de notables canas extremadamente blancas y no se podía decir más de su calvicie en la punta de su cabeza. Lo que dejaba en cuenta de lo patético que había resultado ser este sujeto.
La voz del sacerdote que decía las siguientes palabras "que calle ahora o calle para siempre".

Lucifer: Disculpen.

Su voz se hizo presente, interrumpiendo por completo aquella ceremonia. Los invitados se le quedaron mirando. Estaba peculiarmente arreglada, vestida con una camisa blanca dos marcas negras que se cruzan entre sí y un moño bajo su saco rojo oscuro, pantalones y zapatillas blanco y negro.

Lucifer: Yo si tengo un problema... ¿Alguno de ustedes ha notado lo increíble e impresionantemente bella y joven que es la novia y lo pequeño y asqueroso y en general repulsivo que es este homúnculo?

Se trataba de William Barns que, al chocar miradas con ella, se quedó quieto. Lucifer al ver que tenía la atención de los comprometidos y de todos los presentes a esta boda, sonrió, y aprovechó el momento para soltarle algunos más insultos acerca de su desagradable físico y persona.

Lucifer: Díganme ¿esto es una boda o un secuestro?, ¿me explico?

La demonio se aproximó hacia donde estaba el novio a paso lento, el sacerdote que oficiaba la boda no pudo evitar persignarse al escuchar cada insulto y esa acción solo le provoco gracia a Lucifer.

Lucifer: Si suerte con eso padre, oh y ya que estará con el salúdemelo hace tiempo que no lo veo.

El tipo no perdió contacto visual con ella en ningún momento. No recordaba tener una deuda pendiente con alguien como ella, y no sabía con exactitud la razón de su presencia.

Lucifer: William Barm ¿te acuerdas de mí?

William: Hola, tu, este es un evento privado ¿cómo lograste entrar? (dijo a secas).

Lucifer: Si y demasiado ostentoso para un representante quebrado. (Dijo levantando un poco los hombros haciéndole saber que estaba al tanto de su vergonzosa situación económica lo cual era un poco contradictorio por la lujosa boda que se celebraba) ¿si te acuerdas de mi o no?

William: Si, si me acuerdo bien de ti, ya dime que quieres estoy ocupado. (Gruño encarándola).

Lucifer: Es que no puedo creer que contraigas matrimonio un día después de que tu ex-prometida y mejor cantante fuera asesinada a sangre fría. (Comento con un tono más serio).

William: Si es muy triste, pero ya me arruino una boda una vez y no permitiré que pase de nuevo.

Lucifer: Es duro ser rechazado ¿verdad Will?, dos veces, jajá.

William: ¿Qué?

𝐴𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎𝑠 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑊𝑖𝑙𝑙𝑖𝑎𝑚 𝑠𝑜𝑛𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑖𝑛𝑑𝑖𝑓𝑒𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠, 𝑠𝑢𝑠 𝑓𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑚𝑜𝑠𝑡𝑟𝑎𝑏𝑎𝑛 𝑢𝑛 𝑑𝑒𝑠𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑒́𝑠 𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙 𝑝𝑜𝑟 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑠𝑜. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎𝑏𝑎 𝑣𝑎𝑟𝑖𝑎𝑠 𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑠𝑜𝑠𝑝𝑒𝑐ℎ𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝑒́𝑙. 𝐴𝑠𝑖́ 𝑞𝑢𝑒, 𝑠𝑖 𝑒́𝑙 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑙𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑎𝑏𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑎𝑠 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑎𝑠, 𝑏𝑢𝑒𝑛𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑑𝑟𝑖́𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑜𝑏𝑙𝑖𝑔𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑡𝑎𝑟 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑, 𝑎 𝑚𝑖 𝑚𝑎𝑛𝑒𝑟𝑎.

Lucifer: Intentaste volver con ella recientemente, pero yo no mataría al que me rechazara una vez, aunque en mi caso no es posible...así que admítelo, ¿qué me dices? William, ¿la querías muerta? (Su voz se ha ido bajando con cada palabra, hasta que las últimas no fueron más que un susurro)

Sus ojos esmeraldas se clavaron en su objetivo y su sonrisa creció con crueldad. William cuyas reacciones se volvieron lentas, permaneció inmóvil quedando atrapado al trace al que era sometido. Torpes balbuceos empezaron a salir boca y todos los presentes ajenos a la conversación se encontraban confundidos e impacientes de saber de lo que sucedería con esta ceremonia a continuación. Lucifer esperaba que con este truco William le confesara algo al respecto de la muerte de Mimzy, incluso tenía la esperanza de que el fuera el presunto culpable y así poder terminar esto de una vez por todas.
Solo se necesitó unos pocos segundos para que William pusiera resistencia y volviera en si para ponerle un alto a la situación.

William: ¡Oye, déjame de mirarme así fenómeno no hagas tus juegos mentales conmigo y no por supuesto que no!

Las palabras que siguieron fueron pronunciadas a toda velocidad.

William: Yo estaba furioso y fui humillado cuando ella me botó, pero creo que el rebote salió bien. (Dijo controlando por muy poco su irritación y refiriéndose a su nueva prometida).

Lucifer: Sin duda, mis respetos. (Volvió a recalcar con mucho sarcasmo. Le guiño un ojo a la joven novia quien la miro con la ceja alzada y un ligero sonrojo)

William. Deberías hacer tus juegos mentales con Ivanno Canale.

Esa respuesta la sorprendió aún más.

Lucifer: ¿El dueño de ese casino italiano?

William: Pues claro, Mimzy me botó por ese lunático, siempre estaban peleando el la golpeaba mucho y todo el tiempo está rodeado de un montón de idiotas armados, el si es capaz.

No quería admitirlo, pero William tenía un buen punto al respecto.

Lucifer: Cierto.

En medio de todo esto Lucifer logro captar la atención de la joven novia. Ambas volvieron a mirarse, y esta vez sus profundos ojos avellana le devolvieron la mirada, Lucifer aprovecho esto para que callera en un trance con la intención de que sacara algún pequeño secreto.

Novia: No voy a acostarme con él esta noche.

Todo el mundo mostro su sorpresa por lo que había dicho, los murmullos y exclamaciones empezaron de nuevo, esta vez acompañados por expresiones de disgusto y vergüenza por parte del novio.

Novia: Hay por dios, lo siento yo...no puedo creer que dijera eso. (Dijo avergonzada).

Ahora mismo no podía predecir qué tan rojo estaba su rostro. Cuando supo exactamente lo que había dicho en voz alta tenía una gran cara de impacto, pues nadie lo veía venir.

Lucifer: Ah no no, seamos sinceros, tú no te vas a casar con este imbécil porque estés enamorada ¿verdad?

Novia: Ay dios no. (Dijo haciéndole saber de qué en realidad no se quería casar con el).

Lucifer: No claro, bien yo me voy.

Ya no habría boda, eso era seguro. Al final Lucifer se marchó del lugar con una sonrisa divertida en el rostro, dejando atrás aquella iglesia con aquel vergonzoso e incómodo dilema que se estaba formando y que ahora William tendrá que resolver.


La cara de Lucifer estaba marcada por la seriedad al ver el gigantesco edificio que se erguía delante de ella. Al cruzar las grades puertas lo primero que noto fue las luces bajas que brillaban alrededor de una gran cámara rectangular repleta de mesas de madera reluciente. Alrededor de ellas, había figuras ocultas por las sombras y adornadas con seda y gemas centellantes, con copas de cristal cortado que reflejaban la luz con cada movimiento. El suelo y los paneles de las paredes estaban teñidos de un caoba oscuro y había sido pulidos hasta parecer la superficie de un espejo negro. Cada una de las ventanas arqueadas estaba encuadrada por cortinas de seda de un tono índigo y adornadas con borlas doradas.
El barullo parecía puntuado por el ocasional repiqueteo de los dados de marfil sobre el paño de filtro, el roce de las cartas al ser mezcladas y repartidas, la esporádica celebración muda.
Lucifer rondo por el alrededor del casino mirando sin ningún interés a las personas entretenidas en las apuestas y juegos de azar.
Lucifer siempre había oído hablar sobre los antros de juego como si fueran cuevas donde hombres poderosos chapoteaban en bebidas y dilapidaban sus fortunas en un solo lanzamiento de dados.
En una de las esquinas del gran salón se percató de la particular escalera que ascendía hacia el piso de arriba donde posiblemente encontraría al dueño del lugar. Sin dudarlo se dirigió hacia aquella dirección, pero ese mismo instante, la figura imponente que estaba cerca de las escaleras dirigió su atención hacia ella.

Guardia: ¿La puedo ayudar señorita? (Preguntó con un ligero tono serio)

A pesar de que el guardia se mostrara con esta postura imponente y semblante frio, lo cierto es que Lucifer no mostro signo de sentirse intimidada o afectada. Estaba tranquila.

Lucifer: Busco a alguien llamado Ivanno Canale (Comenzó con tono firme)

Guardia: Lo lamento, pero no está disponible.

Lucifer (Temporada 1).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora