•Capítulo 3•

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–Así que... ¿Por qué siquiera la ayudamos?– mencionó el chico de cabello castaño con un tono de molestia– ¡Casi hace que nos maten! ¡Nos puso de cabeza!

–Ey, se bueno y baja la voz, quieres. Cualquiera hubiera hecho lo mismo en está situación. – habló el chico de lentes tratando de calmar a su amigo.

– ¡Esto es una porquería!– renegó

–Bueno Eliud, nunca nada es de tu gusto, así que... – comentó el ojiverde

–Podrían dejar de parlotear. Estoy cansado. – pidió el chico de destellos morados en el cabello mientras recargaba su espalda en los casilleros y poco a poco se sentaba en el suelo para después echar su cabeza hacia atrás y cerrar sus ojos por un pequeño lapso de tiempo

     Aquel chico el cual su nombre parecía ser Eliud, fulminó a todos con la mirada y se retiró del lugar enfurecido, ¿Una simple chica le causaba tanta irritación?

–No te alejes mucho– dijo el ojiverde para después dar un suspiro cansado y se acercarse a la chica, quien estaba recostada en el piso.

– ¿Crees que este bien?– interpeló el chico de gafas.

–Espero que sí, si ella no se hubiera lanzado contra aquel portón ya seríamos parte de esas cosas.

–No lo sé, tal vez suene tonto, pero me alegro de haberla encontrado.

–Sí... – contestó mientras la analizaba– A mí igual– finalizó con un pequeño susurro.

     Pronto unas sombras cruzaron por las ventanas que ya habían sido tapizadas por los chicos.

     Todos los que se encontraban ahí se colocaran en cuclillas y guardaron silencio.

     A los pocos minutos la manija de la puerta comenzó a moverse, sin embargo, los chicos no eran tan tontos como para dejar la puerta sin seguro.

     La manija estaba siendo forzada, se movía rápidamente con el motivo de querer abrir la puerta cuando de repente...

     El típico sonido de la llegada de un mensaje de texto se hizo presente en la habitación y seguido de este el tono de una llamada.

     El ojiverde al percatarse de que había sido su celular el cual había sonado, rápidamente lo saco de su bolsillo y lo silencio, no sin antes revisar su bandeja de mensajes.

>Oye, tonto, ¿Quieres abrir? Aquí afuera hace algo de frío<

–¡Mierda!

–¿Pasa algo?– cuestionó el chico de cabello colorido morado

–Es... Son los chicos– Respondió el ojiverde levantándose del piso para después caminar a la puerta y abrirla.

     Los demás chicos copiaron su acción y prontamente se levantaron.

     Al abrir la puerta se encontró con su hermano gemelo, físicamente idénticos, pero si hablamos de lo de adentro son completamente diferentes. Ambos pequeños complementos uno del otro. De no ser porque su hermano portaba un outfit con una chaqueta Nike color verde militar con detalles negros creería que estaba frente a un espejo. Este quien tenía un semblante serio y de molestia solo le dio una pequeña mirada a su hermano a lo cual hizo que de inmediato se hiciera a un lado para dejarlo pasar.

     Este chico entró con una mochila en su espalda y un bate empapado de sangre en manos.

     Tras el otros dos chicos entraron, todos con grandes mochilas y maletas.

Iris [Z-Nation]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora