6

391 57 9
                                    

Cara a cara
...

Minjeong.

No era fácil. Realmente no lo era. Es decir, Yoo Jimin estaba en mi casa. Después de dos años sin verla, la encontré nuevamente. Claro, ahora las cosas habían cambiado demasiado. Pero, de igual manera, la había encontrado nuevamente.

Había pasado una larga semana desde que escapó de su casa. Ningning y Giselle prácticamente me acorralaron para que les cuente todo lo que había sucedido. Ningning lo entendió, y Giselle a regañadientes pudo dejarme tranquila, no fue fácil. Esta semana era la última del mes, osea que en dos meses nacería el hijo de Jimin, y en dos meses partiría Frederick.

— Minjeong — Kazuha habló, ganando mi atención. Estábamos en una reunión laboral. Aclaré mi garganta y miré a mi equipo de trabajo —. Luces perdida, ¿todo bien? ¿quieres agregar algo?

Ningning me miró con una ceja en alto. Le dí una breve mirada y negué. Ni siquiera sabía de que estabamos hablando con exactitud, había dejado de escuchar hace bastante minutos.

— Estoy bien — dije. Kazuha asintió torpemente —. Me tomaré unos minutos, sigan ustedes.

Salí de la pequeña sala y me dirigí hacia la cafetería de la empresa. No iría por un café, a decir verdad, no preparaban el café como me gustaba. Pero vendían un muy buen té de frutos rojos.

— ¿Se puede saber el porqué te fuiste de allí? — Ningning habló detrás de mí. Me sobresalté y tomé el té en mis manos, ganandome una mirada por su parte —. ¿Desde cuándo tomas té en el trabajo?

— ¿Desde cuándo haces tantas preguntas? — ella rodó los ojos —. Estoy bien, solo necesitaba tomar aire, sóla.

— ¿Segura? Algo me dice que estar conviviendo con Yoo Jimin no te está haciendo fácil la vida — bromeó.

Realmente tenía razón. No era fácil convivir con la persona la cuál amas, pero en un pasado destruiste por completo. Y cabe decir, que Jimin no me dirigía la palabra. Odiaba eso. Odiaba que ella no me prestara atención.

— No será fácil, pero no es imposible — alcé los hombros —. Escuché que Jaewook estuvo aquí ayer.

— Tenías que haberlo visto, Minjeong — negó con la cabeza —. Estaba realmente loco, y quería encontrarte. Solamente gritaba "¡Devuelveme a mi novia, Kim Minjeong!"

Chasquee la lengua con diversión y rodé los ojos. Ese tipo era un verdadero chiste, ¿como tienes la cara para tratar asi a tu novia y luego pretender que puedes recuperarla como si fuera un maldito objeto?

— Por otro lado, se dice que los rumores corren rápido — alcé los hombros. ¿Qué mas da? Nunca hablé con la prensa en estos años, no me gustaba llamar la atención de esa forma —. ¿No tienes miedo que tu padre se entere que mueres por una Yoo? Ese sería su verdadero final, ¿lo sabes?

Tenía razón. Mi padre no podía saberlo. ¿Como iba a negarlo si sucediera? Él no me creería, y me haría renunciar a Jimin.

***

Salí temprano del trabajo, no podía dejar a Jimin sóla a estas horas. Probablemente no haya comido desde el almuerzo, y ahora que lo pienso, sería bueno contratar a una empleada para que la atienda mientras no estoy en casa. Es lo mínimo que puedo hacer.

Entré a casa, las luces estaban encendidas pero no se escuchaba ningún sonido. Era como si la casa estuviera en completo silencio.

— ¿Jimin? Ya llegué — anuncié, cerrando la puerta detrás de mí.

Dejé mi saco y mi bolso en el sofá y caminé hacia la cocina, dónde estaba la luz encendida. Al entrar la ví, estaba con unos auriculares mientras veía un tutorial de cocina en su teléfono, y sus manos estaban ocupadas revolviendo algo. Sonreí. Ella tenía el entrecejo fruncido mientras miraba lo que estaba preparando. Realmente era una escena adorable de ver.

Más que una noche - WinrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora