Más que una noche - Winrina

7

¡Bebé a bordo!
...

Minjeong.

Mi boca estaba entreabierta mirándolo con atención. Jaewook sonreía, esa sonrisa hipócrita en su rostro hacía que mi sangre hirviera por todo mi cuerpo. Nos seguimos mirando unos segundos hasta que mi padre cortó esa tensión que se había creado.

— ¿Se conocen? — preguntó. Pestañé, saliendo de mi transe.

— Sí.

— No — respondí.

Nos volvimos a mirar. Su sonrisa se hacía cada vez mas grande en su asqueroso rostro.

— Nos conocimos en la fiesta de un viejo amigo que tenemos en común, ¿no lo recuerdas? Hace dos años, antes de.. ese exelente proyecto que hiciste — su voz sonaba grave. Aclaré mi garganta y asentí levemente.

— Que bueno que se conozcan entonces, así lograran trabajar en mejores términos — mi padre rió.

¿Cómo rayos iba a trabajar en mejores terminos con este hombre? Más aún, sabiendo que su novia y su futuro hijo estaban en mi antigua casa en este momento.

— ¿Podemos comenzar con el papeleo? — preguntó. Mi padre asintió felizmente.

Negué rápidamente, ganando la atención de ambos. Mi padre alzó una ceja y cruzó sus brazos.

— Recordé que tengo una.. una reunión en cinco minutos — mentí. Ellos fruncieron el entrecejo —. Jaewook, te llamaremos en estos días, ¿puedes..?

— Kim Minjeong — mi padre me interrumpió. Lo voltee a ver —. Llegaste tarde a la elección del modelo para la empresa, eso quiere decir que ya no tienes derecho de aportar nada en este asunto.. solo necesito que sepas quién será el modelo a partir de hoy. Eso es todo, puedes ir a tu reunión.

Mi rostro se fue poniendo serio mediante cada palabra que salió de su boca. Jaewook sonrió, aguantando la risa. Apreté mis puños mientras lo miraba con odio en mis ojos.

Salí de allí y me dirigí directo hacia mi oficina. Me saqué el saco, aflojé mi corbata y me recosté en mi silla. ¡Todo esto era un asco!

Y todo hubiese sido peor, si no recibía una llamada por parte de Jimin. Me sorprendió ver su nombre en la pantalla de mi teléfono, pero no me disgustó en lo absoluto. Al contrario, una sonrisa se escapó de mis labios.

— ¿Hola? — atendí el teléfono.

— Hola, Minjeong — su voz se hizo presente. Una sonrisa apareció en mis labios —. Quería decirte que saldré a caminar con Jeno, ¿está bien? Volveré al atardecer, y prepararé la cena.

— Sí, no te preocupes — asentí torpemente —. Cuídate, nos vemos más tarde.

— Adiós.

Colgó el teléfono y dí un suspiro. Iba a fijarme algo en mi agenda, hasta que la puerta de mi oficina se abrió de par en par. Creí que era Ningning, pero al ver un traje negro Dior estar frente a mí, supe que no.

— ¿Disculpa? — pregunté, encarandoló, él simplemente soltó una risa estúpida —. ¿No te enseñaron a tocar la puerta?

— ¿Y a tí no te enseñaron a no robar lo que no es tuyo?

Lo miré sin comprender hasta que finalmente supe que hablaba de Jimin. Mis puños se apretaron, lo último que quería era tener una pelea a golpes con este idiota.