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#spreenyjuan #spruanpadres
- Una hermosa relación que comenzó con un amor gigante termina en un gran problema entre Juan y Spreen, las cosas no hacen más que empeorar así que por el bien de ambos deciden tomar la decisió...
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— ¿Y papá oso?.. — La inocente y pequeña de cabello castaño oscuro corría hacia su padre tras oír la puerta principal del hogar cerrarse de un fuerte golpe. Al llegar al salón se encontró con su "papi" llorando sentando en la alfombra.
El hombre al verla secó sus lagrimas rápidamente e hizo como si nada hubiera pasado — Cariño, te dije que durmieras — aunque intentara disimularlo su voz era quebrada y sus ojos aguados, era evidente lo que pasaba.
— Pero papá no me dio mi beso de las buenas noches.. — dijo apenada la niña.
Su mirada triste conmovió a su padre, pero el no podía llamar a su esposo en ese momento. No quería que se volviera peor de lo que ya estaba.
— El tiene trabajo esta noche y tuvo que salir con apuro — sonreía pero su garganta ardía cuando le mentía a su hija. Era por su bien.
— Okey.. — la pequeña llevaba días pensando que su padre que ya no la ama como dice, aunque tal vez el que no ama es a otro...
Juan sonrió para intentar subirle el animo a la pequeña — Vamos— se levantó y cargó a la niña — Hay que dormir, Cariño.
Padre e hija entraron a la habitación de la pequeña. Juan dejó a Amelia en su cama y se sentó a su lado — Te haré unas trenzas en el cabello para dormir, ¿si? — la castaña oscura asintió y se dio la vuelta mientras que el mayor tomaba el cepillo y empezaba a peinar el cabello de su hija.
— Papi..
— Dime, mi amor — dijo mientras hacía una de las trenzas
—¿Por qué llorabas? — Juan solo suspiró
— Veras mi niña.. — lo pensó un poco, tal vez no tenía que decirlo directamente — Hay personas muy, muy malas que a veces ni sabes que lo son, parecen ser buenas pero algunos solo son mentirosos.. — aguantó sus lágrimas, tenia que ser fuerte por ella — Por eso, — terminó las trenzas y volteó a ver a su hija — tienes que cuidarte de esas personas ¿si?, siempre puedes confiar en mi cuando no te sientas bien con algo o alguien. — sonrió y la pequeña lo abrazó
— Está bien, papi, te quiero — tal vez ella no lo sabía pero ese abrazo era lo que más necesitaba su padre en ese momento.
Quizás era egoísta decirle eso a tu hija cuando te refieres a su padre, pero cuando estás mal no lo piensas mucho.
