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#spreenyjuan #spruanpadres
- Una hermosa relación que comenzó con un amor gigante termina en un gran problema entre Juan y Spreen, las cosas no hacen más que empeorar así que por el bien de ambos deciden tomar la decisió...
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— Bien, ¿Qué quieres saber? — ambos asumían que su hija estaba dormida en su habitación, así que empezaron a hablar, si gritos ni insultos, solo hablar.
— ¿Dónde fuiste anoche? — Spreen mentiría si dijera que no tenía miedo de esa respuesta.
— Con Rebon. — sonrió lo que para Spreen fue la sonrisa más cínica que jamás vio. Juan sabía bien todos los problemas que tenía con ese hombre, ¿Y se fue a acostar con el?.
— ¿Es en serio? — estaba enojado, si. Pero más que eso estaba decepcionado, Juan no era así.
— Si, nos acostamos — los ojos de Spreen empezaron a aguarse, aunque intentaba disimularlo. — ¿Qué?— su voz sonaba quebraba, esto ablandó un poco a Juan pero eso no evitaría que le dijera todo, otra vez.
— Vamos, no te hagas el inocente. Sé todo lo que haz hecho con Rodrigo. — Se acercó lentamente a Spreen con un rostro frío y seguro.
— te estás confundiendo, Juan. — Spreen tenía lagrimas cayendo de sus ojos, Juan le había sido infiel.
— Claro que no, cállate. — empezaba a perder la paciencia
— Pero es qu- —no termino de hablar ya que Juan lo interrumpió — ¡Que te calles!
— Bien, pero por favor no grites.
— Tu sales todas las tardes a acostarte con Carrera y piensas que no me doy cuenta, —empezó a llorar con pequeñas lagrimas cayendo, las que limpio rápidamente— ¿me crees idiota?.
—Juan. Rodri sale con Robleis — Spreen era sincero, pero el corazón de Juan ya estaba muy roto.
— ¡Eso es mentira, si fuera así yo no me hubiera acostado con Robleis!— inmediatamente se tapó la boca y volvió a llorar al notar sus palabras y la fuerza que estas tuvieron — L-Lo sien-
— ¡CÁLLATE!.— reaccionó de inmediato— ¡¿ES EN SERIO JUAN?! — no quería gritar, pero es que eso ya no podía soportarlo.
— ¡NO, NO ME HE ACOSTADO CON NADIE QUE NO SEAS TÚ! — estaba muy enojado y esto asustaba a Juan que lo veía mientras lloraba —¡ME DAS ASCO!. — Spreen empezó a guardar sus cosas, esto ya era demasiado.
— Iván no, p-por favor — su voz era quebrada y casi inentendible por el llanto
— Juan, me engañaste, ¿crees que te perdonaré esto? — seguía guardando sus cosas básicas, simplemente ropa y su cepillo de dientes — estás enfermo.
— P-Pero Iván.. Amelia...
— Yo me quedaré con ella. La vendré a buscar mañana.
