✨ Capítulo ocho ✨

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Cuando Manabu despertó Klaha ya no estaba en la cama. Rascó su cabeza y encontró una nota en la mesita de luz que evidentemente era para él.

Trató de sentarse en la cama aunque sus caderas estaban a la miseria. Se estiró para tomar el papel y una vez que lo tuvo entre sus manos comenzó a leerla.

"Satō:

En verdad lamento mucho lo que sucedió, por favor no me odies y tampoco me tires nada por la cabeza cuando regrese a casa, juro que traté de controlarme lo más que pude pero mis instintos me ganaron junto a los tuyos. Cómo recompensa te dejé el desayuno preparado junto a un regalo que te va a gustar mucho o eso espero :(

Klaha".

Sonrió y dejó la nota en donde estaba, primero fue al baño para darse una ducha. Luego de unos minutos bajó las escaleras con mucho cuidado. Al llegar encontró la mesa un delicioso desayuno junto a una figura coleccionable de Snoopy, gritó de la emoción mientras daba brincos de felicidad, hace tanto tiempo quería conseguirlo y en verdad ver que Klaha haya hecho eso por él verdaderamente debía compensarlo de la mejor manera posible y eso sería una cena.

Era el que le faltaba y al que Kami le estaba costando muchísimo trabajo conseguir pues él le había comprado las demás figuras.

-Mh ¿Cómo lo habrá conseguido tan rápido si mi hermano se está volviendo loco tratando de encontrarlo? Bueno eso es lo de menos.

Su celular comenzó a sonar y al ver qué Gackt era quien llamaba atendió de inmediato, esperaba que pudieran verse muy pronto.

-Gackt cariño ¿Cómo estás, qué estás haciendo?

-Pensando en ti, en esa carita hermosa que tienes ¿Tú que haces?

-Estaba por desayunar, y tengo en mis manos una figura coleccionable que quería hace mucho tiempo pero mi papá no me quería comprar. -dijo Mana mientras abrazaba el objeto- Estoy muy feliz.

-Tú y tus estupideces Mana, es un tonto muñeco no es para tanto... Ay a veces olvido lo joven y tonto que eres. -respondió después de un suspiro- Hoy tengo tiempo libre así que ponte bonito para mí o espérame completamente desnudo sobre esa cama en la que duermes con tu esposo.

-Yo no duermo con él, cada uno tiene su habitación. Gackt lo odio y hace cosas que me molestan. -ya no odiaba a Klaha, es más lo veía ahora como un amigo pero Gackt era extremadamente celoso- No pienses cosas raras amor, yo no hice nada malo.

-Esta vez te creeré porque no quiero hacerte daño aunque sabes que jamás lo haría porque eres mi vida, el chico de mis sueños.

-Sé que serías incapaz de hacerme algo así.

Gackt cortó la llamada y Mana comenzó a desayunar, primero lo había calentado en el microondas. Estaba tan delicioso, sonreía de vez en cuando, quería mandarle un mensaje a Klaha agradeciéndole por el gesto pero se acordó que no tenía su número, en realidad ninguno de los dos tenía el número del otro.

Seguramente a la tarde lo arreglaría pero primero debía comer y después poner ese muñeco en la repisa que tenía en la habitación.

Sonó el timbre y cuando fue a abrir le sorprendió que Gackt esté en ese instante, en la puerta de su casa. Se lanzó a sus brazos y comenzó a besarlo, lo hizo ingresar de inmediato.

-Ven ven siéntate. -dijo Mana mientras lo tomaba de la mano y lo jaló hasta el sofá- Espérame aquí y no te muevas. -subió las escaleras y dejó a Snoopy en el cajón de su clóset y después volvió a bajar las escaleras.

El destino decidió unirme a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora