✨ Capítulo veintiséis ✨

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Mana estaba escondido en la cocina comiendo un pote de helado él solo, se había ocultado de su esposo pues estaba siendo muy estricto con la comida porque el Omega últimamente arrasaba con todo y si le quitaban algo se ponía a llorar.

Vigilaba que Klaha no lo hubiera descubierto, volteaba su mirada de vez en cuando y le daba algunos bocados a lo que tenía entre sus manos, también había agarrado unas galletas de chocolate, las que el alfa le prohibió comer por los altos valores de azúcar que tenían.

Volteó una vez más pero cuando volvió la vista al frente Klaha lo veía de una manera seria.

-Hola mi amor ¿Quieres? -dijo ofreciendo un poco de galleta untada en helado- Está rico.

-Manabu ¿Cuántas veces dije que no comas estas cosas? Yo no tendría que haberlas comprado en primer lugar.

Le dió la mano a su esposo para ayudarlo a pararse, después hizo que se lavara las manos y la boca. Klaha se enojaba aunque se le pasaba al instante porque Mana se veía tan tierno. Besó sus labios quitando cuidadosamente la comida.

Tocó su vientre abultado mientras el bebé comenzaba a patear, ya tenía 7 meses de embarazo y se notaba mucho.

-Oye ¿Tú sabes que comer esas cosas en grandes cantidades puede producir una enfermedad? No te estoy negando que lo hagas sólo que reduzcas las porciones.

-Es que, tengo hambre todo el tiempo y cuando creo que estoy satisfecho el bebito me dice "tengo hambre mami". -dijo y después sonrió.

-Ya veo, entonces lo voy a regañar. -se agachó y besó el vientre de Mana- Escucha camarón, tu mami no puede comer tantas cosas con azúcar ¿Me harías el favor de controlarte?

-No le digas eso a nuestro hijo o hija porque me voy a enojar.

-Me encantaría que te enojes. -se puso de pie otra vez y miró de arriba a abajo a su esposo- Eres el Omega más hermoso del mundo.

-Tú eres el alfa más guapo del universo.

Le tomó la mano y fueron al sofá, iban a mirar una película pero el timbre los interrumpió entonces Klaha fue a abrir la puerta. Kami había decidido visitarlos o eso parecía pero viendo su cara de preocupación todo indicaba que era todo lo contrario.

Sabía que aquel alfa había cometido un error que involucraba a Közi así que Klaha suspiró profundo para no matarlo y dejó que pasara.

-Disculpen la interrupción pero quería saber si mi esposo está aquí. -preguntó Kami- Discutimos y me dijo que no me quería ver.

-¿Ahora que hiciste Kami? Él no está aquí.

-Nada, me llegó un mensaje de un amigo y él lo malinterpretó, les ruego que me ayuden a buscarlo porque tenía muchos dolores. Por recomendación del médico no tenía que moverse mucho.

-Si algo les llega a pasar te mato. -dijo el Omega parándose con dificultad del sofá- Amor ayúdame a ponerme los zapatos.

-Sí amor, Kami agradecería que tampoco hagas renegar a tu hermano ¿Entendido? Míralo no se puede ni mover casi.

-Cállate Klaha, estoy bien ¿Viniste con el auto, hermanito? -Kami asintió- Déjalo aquí y vamos los tres en nuestro auto.

Los tres salieron de la casa y subieron al auto, Klaha se aseguró de que el cinturón de seguridad de Mana esté bien puesto y después arrancó.

Mana lo llamaba por celular pero Közi lo rechazaba, quería decir que estaba bien aunque podría estar en peligro. De repente el Omega dedujo en dónde estaba así que le dijo a su esposo que condujera hacia el lugar.

El destino decidió unirme a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora