¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Mina le gusta pensar que fue muy bendecida en su primer día de tercer año en la universidad. Muy, muy bendecida.
Lo que pasa es esto: camina cinco minutos tarde, y el único asiento vacío que queda en la habitación es uno en el centro a la izquierda. Son el tipo de asientos singulares con un escritorio plegable adjunto.
-Muy bien, calmados-dice el viejo profesor, solo ahora comienza la clase debido al alboroto del primer día- Echen un buen vistazo a dónde están sentados ahora. Porque estos son los asientos asignados para el resto del semestre. Soy una mierda recordando nombres, así que voy a escribirte una vez en la tabla de asientos y tomar tu asistencia en función de si tu asiento está vacío o no.-se queja.
Mina nunca ha tenido asientos asignados hasta ahora en la universidad, pero cree que no hace mucha diferencia. De todos modos, la gente suele elegir sus asientos favoritos y sentarse en el mismo durante todo el semestre.
Aún así, mira a la gente frente a ella, luego a la izquierda y a la derecha. A su izquierda hay un alfa alto y larguirucho, pero a su derecha está uno de los omegas más hermosos, no, personas, que jamás haya visto.
El profesor toma cada uno de sus nombres que comienzan con la primera fila.
-Mina Myoui-dice.
El profesor garabatea su nombre en su carta y luego sigue adelante.- ¡Siguiente! Tú.
-Im Nayeon-dice la omega a su lado con una voz rica, más profunda de lo que imaginaba.
Pero Mina no necesita mirar largo para encontrar los pechos grandes sentados alegres en el pecho de la omega.
Devuelve la mirada a la parte delantera de la habitación, culpando sus mejillas por mirar un segundo demasiado largo.
Como es el comienzo del año, Mina está ocupada, especialmente porque está en el equipo de fútbol y están apuntando a los nacionales. Se olvida de la bonita omega asignada a su lado hasta la siguiente clase, y luego se siente avergonzada por usar sus sudaderas y sus viejas gafas de ribete grueso (aunque se dará un descanso porque es una clase temprano por la mañana).
Está aún peor porque la omega se viste muy bien. Los zarcillos del verano todavía cuelgan en el aire, lo que hace que sea lo suficientemente cálido como para que lleve pantalones cortos. Sus piernas se ven cremosas y lisas, como si le estuvieran rogando a Mina que les corra la mano.
Lleva una blusa suelta como si estuviera tratando de ocultar algo. Aún así, los ojos de Mina atrapan el oleaje de tetas jugosas en su pecho, el ligero pinchazo de pezones a través de la tela. Se imagina cómo se verían desnudas, cómo se sentiría levantar su camisa, su sujetador, sentir el peso de ellas en sus manos. Está tratando de no mirar fijamente, pero no puede arrancarse los ojos.