54. Un líquido rojizo.

2.5K 148 15
                                    

Mientras Edén tiraba de mí, Jayden nos seguía gritando como un desequilibrado mental. Por supuesto, mi hermanastro ni siquiera se molestaba en atenderle o mostrarle algún interés, pero yo en cambio le decía palabras horrendas a éste cada vez que tiraba de mi brazo.

-Eres un capullo, un gilipollas, Edén. Déjame de una puta vez.

Con una expresión divertida en su cara arrogante contesta:

-La niña maleducada tiene que ir a la habitación de pensar. Lo que estaba apunto de hacer iba a estar muy, muy mal.

En estas circunstancia me daba miedo. Temía por Jayden más que por cualquier otra persona, por que sé que después de encargarse de mí iría a por él.

-Vamos entra- dice empujándome dentro de una pequeña habitación donde hay dos personas hablando tranquilamente en la cama-. Ustedes dos, fuera de aquí- les ordena a la chica pelirroja y su amiga a la que no consigo verle la cara. Ellas con sus miradas en Edén clavadas le hacen caso. ¡Cómo no! Él las manejas como le da la gana, a todas nos pasa lo mismo.

Cierra la puerta de un golpe cuando las dos chicas sacan sus culos de la habitación, permitiéndome una soledad junto a él. La idea de estar aquí con un chico que va a perder los estribos en cuestión de segundos me hace sentirme insatisfecha, desolada y asustada. Puedo leer en la mente de Edén que su cabeza está a punto de irse al garete y dejará que el síndrome de Locked se apodere de todos sus sentidos.

-¿Ibas a besar a ese capullo?- insistente, como siempre.

Por un momento me plantee en mentirle y decirle que solo lo hacia para que él me echara la cuenta que necesitaba, que eso en parte era verdad. Pero no, no le quería confesar que quería besar a Jayden solo para captar toda su atención.

-Sí.

-¿Por qué?.

-Por que quería hacerlo. A parte Mirella dijo que lo hiciera. El juego es así, Edén ¿Tú no eras el que me dijo que disfrutara de la fiesta? Pues eso mismo estoy haciendo, así que por favor si puede ser...- consigo mover su cuerpo para poder tener el camino libre para salir de allí. Como me suponía Edén no me lo iba a poner nada fácil.

-¿Dónde crees que vas?- me coge de la cintura y me tira a la cama-. Tú no vas a salir de aquí. No pienso dejarte hacer una estupidez con ese...

-No hables así de él. Jay es un buen tipo, todo lo contrario a ti. Es mi mejor amigo, me conoce desde hace mucho más tiempo que tú y siempre ha estado ahí para mí ¿Dónde has estado tú cuando te he necesitado, Edén?

Una oleada de recuerdos inundan mi mente haciendo que mis ojos se humedezcan. La rabia se apodera de cada una de las partes de mi cuerpo, el corazón bombea a un ritmo descontrolado y los órganos se me comprimen, originando un malestar en mí nefasto.

-Yo...

-Tú, tú, tú, siempre eres tú, Edén. Me has jodido la vida. Me enamore de ti hasta el punto de volverme loca y aceptar toda una puta vida contigo. Me tatué algo significativo entre nosotros dos que aquí sigue recordándome cada día lo tonta que fui al estar con una persona como tú. Perdí la alegría, las ganas de vivir, incluso quiero irme lejos de mi familia por qué eres ahora parte de ella. He estado muy sola y tú no has estado ahí para reconfortarme, es más, fue tu culpa por lo que tanto tiempo he estado hecha una mierda. Y ahora deja que salga por esa puerta y al menos me divierta el tiempo que pueda.

He dicho todo como sentía, necesitaba soltarle todo esto y que se percatara que para mí nunca fue un juego de niños. Qué mientras él se lo tomaba como algo divertido a mí me costaba la misma vida salir adelante. 

Mi estúpido hermanastro (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora