Capítulo 4

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Caminaron un rato a través de la ciudad, guiados por Mob hacia un parque poco concurrido después de haber comprado unas bebidas para llevar que les removieran del cuerpo el frío de aquel invierno. Teruki observó con curiosidad su propio vaso de café americano y luego al vaso de Mob con chocolate caliente. El pelinegro sonrió suavemente, tal vez comprendiendo su duda.

— Solo bebo café en las mañanas. — le dijo, con esa candidez en la voz que le daba a Teruki una sensación acolchonada.

— Entiendo, lastimosamente ya soy adicto a esta cosa, a cualquier hora del día. — agregó Teruki, levantando su café para luego darle un sorbo, apreciando la forma en que la bebida calentaba el interior de su boca.

— ¿Tomas mucho café? — le preguntó, a la par que señalaba una banca vacía en el parque al que habían decidido arribar. Se sentaron en la banca, dándole los dos un sorbo a sus bebidas al mismo tiempo. Teruki se aseguró de mantener una distancia prudencial, quería conservar su salud cardíaca después de tanta cercanía en el gimnasio. Sin embargo, Mob era cómo una especie de sol, y su cuerpo irradiaba un calor que llegaba hasta Teruki, haciendole preguntarse que se sentiría que el pelinegro le abrazara, ser envuelto en su piel y en su calor, acurrucados bajo suaves mantas en una noche fría de ese invierno.

— Más de lo recomendado, especialmente cuándo escribo. Me pregunto cómo es que no tengo gastritis a estas alturas. — fue la respuesta que dio, intentando suprimir sus pensamientos de chico enamorado. Miraba hacia el frente y notó de reojo cómo Mob le observaba directamente a él, ojos brillantes y sonrisa suave. Luego miró hacia el frente también, permitiendole a Teruki detallar en su bonito perfil.

— El maestro Reigen siempre me advirtió de los peligros del café, y que el té era mucho más saludable. — en el rostro se le notaba la nostalgia de aquellos tiempos en Ciudad Aliño, y Teruki la sintió también. Sin embargo, eran adultos ahora, llevando otras vidas. Y eso estaba bien, porque la vida era de cambios constantes y pasos hacia el frente, aprovechando el corto tiempo de la mejor forma posible.

Ambos se quedaron en un pequeño silencio, los pensamientos de Teruki haciendo reflexiones a toda velocidad. No era un adolescente, ninguno de los dos lo eran, y por mucho que Teruki quisiera engañarse a sí mismo, no podía ser solo un amigo de Mob. En algún tiempo lo fue, en aquella dulce juventud de la pasada Ciudad Aliño fueron grandes amigos, a pesar de que siempre quiso ser algo más que eso. Pero sabía que ahora no podía, porque estaba enamorado, y conformarse con solo una amistad después de tantos años de amor y añoranza era cómo darle una única gota de agua a un hombre que había vagado horas en el desierto; bueno, pero no suficiente. A pesar de que en un principio se dijo a sí mismo que sería paciente, sabía de experiencias pasadas que pretender amistad cuándo se tenían otras intenciones terminaba en desastre con las dos partes sufriendo daño por ello. Respiró profundo, estando todavía más consciente de su alrededor, del calor de Mob envolviendolo, de su cercanía y sus respiraciones. Teruki era un adulto, reponsable de sí mismo, con un trabajo estable de buena paga y una vida echa, pero nada de eso nunca sería capaz de aplacar el nerviosismo que conllevaba confersarse a un crush de años de duración.

— Kageyama – kun, necesito hablarte de algo. ¿Me escucharías?


After All This Time [TeruMob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora