Capítulo 3

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Lo del gimnasio no había sido buena idea.

Teruki siempre se había ejercitado, y el hábito continuó cuándo se fue para Estados Unidos, jamás fueron rutinas muy intensas, simplemente quería mantenerse en forma. Pero cuándo se había mudado a Tokio y comenzó a trabajar con su padre, no había hecho ni una gota de ejercicio más que caminar hasta el ascensor para bajar hacia el estacionamiento del edificio residencial dónde vivía. Lo que significaba que estaba muy oxidado.

Realmente, el problema no era su falta de actividad física.

Su maldito problema se llamaba Kageyama Shigeo con ropa de gimnasio.

Kageyama Shigeo, con una sudadera que se apretaba a los músculos que había logrado desarrollar en esos años y un jogger que le quedaba algo flojo.

Kageyama Shigeo respirando muy cerca de él y tocándolo mientras le explicaba cómo hacer bien la rutina de ejercicios que le había asignado.

Kageyama Shigeo peinandose el sudado cabello hacia atrás con una mano, arrancándole suspiros a hombres y mujeres por igual en el atestado gimnasio.

Teruki tendría sueños esta noche, sueños para nada inocentes.

De nuevo se volvía hiperconsciente de él, y ahora observaba al pelinegro hacer ejercicio. Él, y cuanto no fuera él. Shigeo había ganado músculo, pero aún así no era tan exagerado cómo los del club de Fisicoculturismo. Sí, se veía endurecido y con el nivel mínimo de grasa, pero seguía siendo esbelto y en definitiva, muy agradable a la vista. La bendita sudadera le permitía ver el movimiento de los músculos de su espalda, los bíceps que se remarcaban con la flexión de sus brazos, lo sexy que se veía cuándo apretaba la mandíbula, el flojo jogger no era capaz de esconder su firme trasero.

Esto no le estaba haciendo bien.

Mob volvió a acercarse a él para checar cómo le estaba yendo, y Teruki decidió entablar una conversación con el objetivo de olvidar un poco lo que estaba viendo.

— ¿Cómo está tu hermano?

— Ah Ritsu le va bastante bien, también se mudó para acá con Sho. — le respondió él, sin mirarlo, concentrado en ayudar a Teruki a levantar la barra de metal y checar que estuviese usando la técnica correcta. Se veía tan varonil, tan... De verdad que esto no le estaba haciendo bien a su corazón.

— Me alegra saber que aún están juntos. ¿En qué trabaja?

— Es abogado.

— Eso le va bastante bien. Tiene la personalidad para ello.

— ¿La personalidad? — Mob le preguntó, acomodando sin ningún esfuerzo la barra cuándo Teruki terminó. Las miradas estaban sobre ellos, sobre ambos. Miraban tanto a Mob cómo a Teru ,y sí, eran un espectáculo a la vista del que Shigeo ni siquiera se había dado cuenta que era partícipe.

— Nada, es grandioso escuchar que le va bien. ¿Quieres ir por un café? Me encantaría saber cómo le va a los demás. — Teruki le preguntó, dísimulando perfectamente lo nervioso que lo había puesto invitar a Mob. Y el pelinegro asintió con la cabeza, preguntándole si podría esperarlo unos quinces minutos.

Teruki pensó que podría esperarlo todo el tiempo que fuera necesario y deseaba de todo corazón que la conversación le bajara la calentura.


After All This Time [TeruMob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora