I need a place to stay [ Sasunaru / Narusasu ]

I need you to come back

Ho bisogno di un posto dove stare

Tsunade ha aceptado. Sasuke está apunto de salir del hospital e ir a su misión. Su corazón acelera por la presión de saber que quizás Naruto no esté cuando vuelva o que él muera antes de volver.

Está frente a él, frente a la camilla. Naruto tiembla mientras su mano coge su propio brazo intentando auto calmarse—¿Cuándo volverás? —Sasuke también sabe que va ha cuidar de este cuando vuelva, si es que vuelve.

—No lo se, aun es incierto. Pero voy a volver, te lo prometo —Sasuke intenta engañarlo con una sonrisa, una clara falsa, no quiere irse, no ahora que tiene la oportunidad de estar con quien ama. Su pecho se hincha y arruga los dedos de los pies intentando aguantas sus ganas de abrazarlo por horas y no ir.

—Voy a esperarte —el tiempo que haga falta, mientras vuelvas. Quiere decirlo pero no lo dice, por miedo. Después de todo, él es...

—Lo sé —ambos se miran un buen rato, ambos saben lo que quieren hacer, ambos aguantan las ganas de sentir los brazos del contrario rodear el torso del ajeno, un abrazo. Lo necesitan.

Sakura justo pasa—Sasuke, ya es la hora —el nombrado sacude su cabeza y vuelve a su lugar. Vuelve a pisar la tierra y no su cabeza vagando por sus pensamientos. Mira los mismos ojos azules que lo ven, con brillo, un brillo aguado, un aguante de no derramar gotas de agua por sus ojos.

Naruto no es tonto, sabe que su misión es un suicidio prácticamente y que seguramente Tsunade no le iba a dejar rechazarlo. Sasuke despega los ojos y sin una sonrisa ni nada gira su cuerpo. Se acerca a la pelo chicle a paso lento, suplicando que Naruto lo detenga, que le diga que no se vaya.

Pero cada vez se aleja más, silencio. Por favor Naruto, detenme, no me quiero ir de tu lado, por favor.

Esa persona que se queda mudo al no saber que decir para que se quede. Piensa, piensa, piensa. Ya le da igual—¡Sasuke! —chilla Naruto antes de que se pierda por ese pasillo que se ve desde la puerta abierta.

Sasuke sonríe aun de espaldas, comienza a girarse. Ambos ni se lo piensan dos veces antes de que sus brazos se encuentren y se abracen, como aquellas veces. Hace ya tres semanas. Sakura desde el final, donde antes estaba el azabache, espera.

—Si mueres, no me lo voy a perdonar —susurra mientras sus lágrimas son el dominante en sus ojos que brillan—, y no me voy ha hacer responsable de lo que pase después —Sasuke entendiendo perfectamente a que se refiere se aferra más a él.

—Lo se, tenemos que viajar por el mundo, como dijimos —al fin, ambos apartan sus cabezas para encontrarse con la mirada y ver esos ojos. Naruto puede jurar que por un microsegundo ha escuchado "Te quiero", pero solo viendo esos ojos oscuros, esos que sufren igual que él. 

—Te iubesc —Naruto aunque no entienda en que idioma lo hace, entiende perfectamente que son esas dos palabras y solo desliza sus brazos y los deja caer, lo deja ir. Un adiós.

Sasuke al fin se va, dejando a una persona de espaldas. Dejando una vida, dejando posiblemente la única felicidad que tiene y seguramente sin verlo otra vez.

⁕⁕⁕

Han pasado tres días en los que Naruto no deja de querer hacerlo otra vez. Y aunque quiera, no puede, tiene vigilancia constante, un médico observándolo en la camilla del hospital. Le van a dar el alta como le a dicho Tsunade, pero aun le queda un mes o menos, depende de él.

—¿Puedo salir de aquí? —comenta el rubio abrazando sus piernas, sentado en el medio de la camilla, esperando que pase algo.

—No, son las ordenes de Tsunade —cortante, como siempre, como las tropecientas veces que le ha preguntado.

—¿Cuándo vuelve Sasuke? —aunque intente esconderlo, está tan preocupado que su cuerpo pierde rigidez y fuerza.

—No puedo decirlo, ordenes de la Hokage —otra vez cortante y seco. Naruto lleva sus manos a la cara y se deja caer a la camilla, hundiendo un poco su cuerpo. Frustrado de que no le diga nada sobre el exterior y menos deje ir a verlo.

—Esa vieja siempre igual —cruza sus brazos intentando que así su linternita encima de la cabeza se encienda. Al pasar de las horas, sigue igual.

Al menos come bastante para lo que él come, al igual que beber. También va más seguido al baño y ya se deja permitir eso, no como antes, no como antes de tener a alguien o que cualquier persona se preocupe por él.

—¿Qué hora es?—él médico ve la hora en su reloj de mano.

—Las nueve y cuarto —sigue siendo más seco que el desierto con esas palabras sacadas de un robot. Ningún sentimiento. Propio de un ninja pero impropio para mantener a alguien encerrado por tanto tiempo.

Naruto coge las sábanas y se cubre. Duerme, o eso intenta por varias horas, sintiéndose inestable. Otra vez. Necesita que vuelva. Pronto. Aprieta sus manos con fuerza, blanqueciendo sus nudillos aun con cicatrices.  

Respira hondo una vez, otra y otra. Por su cabeza solo pasa la misma imagen, la de Sasuke abrazándolo, la de Sasuke dándole de comer, la de Sasuke siendo Sasuke.

Y Naruto sabe que es lo que siente, muy bien y más de lo que le gustaría. Intenta de algún modo dejar que su imaginación domine en su cabeza. Pero otra vez viene el pensamiento de cortarse, ¿por qué? Porque lo hecha de menos, lo quiere cerca.

⁕⁕⁕

Dos meses, Naruto está de vuelta en su casa. Ahora come un tazón de leche y cereales, al lado un zumo y un plátano. Lo quieren bien nutrido. Y en todo ese tiempo, Sasuke sigue sin aparecer, sin saber nada, y aunque suplique que le digan como o donde está, nada. Nada.

—Necesito que vuelvas —sus ojos toman un todo brillante, por las lágrimas que se acumulan. Como no, la persona que lo vigila y redacta informes de como está; siempre tiene el corazón encogido y dolorido de ver a Naruto susurrar entre sueños, en cualquier parte: "Sasuke, vuelve".

Obviamente que es duro ver a una persona que busca el regreso de alguien, que ni sabes si sigue vivo o ya está en otro mundo. Es difícil ver como una persona llora por horas en un rincón reprimiendo las ganas de hacerse daño a sí mismo. Claro que duele el hecho de no poder hacer nada y mirar, con impotencia, con los músculos continuamente vibrando de pena y de intranquilidad.