𝟎𝟏. 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫

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MI NOMBRE ES IRENE GARCÍA Y MI VIDA NUNCA HA SIDO UNA VIDA DE ROSAS NI MUCHO MENOS, desde muy pequeña he tenido muchos problemas que afrontar

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MI NOMBRE ES IRENE GARCÍA Y MI VIDA NUNCA HA SIDO UNA VIDA DE ROSAS NI MUCHO MENOS, desde muy pequeña he tenido muchos problemas que afrontar. Pero el fracaso de mi niñez me ha hecho poder afrontar las adversidades.

Nací en un barrio de Madrid de los típicos que la gente prefiere evitar en su ruta, cuando nací tenía tres hermanos mayores, pero hasta salir de aquel lugar llegamos a ser ocho niños en casa.

Mis padres eran adictos y desde muy pequeña siempre quise evitar todos los problemas relacionados con drogas. Pero era muy difícil por culpa de mis padres y de mis hermanos, que poco a poco fueron cayeron en sus mismos hábitos.

Mis hermanos y yo siempre hemos estado muy unidos, sobre todo cuando eran situaciones en contra de nuestros padres. Pero conforme fuimos creciendo, algunos se empezaron a separar y buscar otros tipos de vida.

Cuando tenía trece años recuerdo ver a unos hombres vestidos con trajes en mi barrio, eso era una novedad para nosotros ya que ese tipo de gente nunca pasaba por allí. Los trajeados fueron pasando casa por casa preguntando a los inquilinos, hasta que llegaron a la nuestra.

Estuvieron hablando con mis padres mientras que mis hermanos y yo intentábamos escuchar la conversación, pero solo llegamos a entender palabras sueltas como "dinero" o "futuro", aún no podíamos saber con certeza de qué iba todo esto.

Un rato más tarde nos pidieron entrar y los trajeados nos miraron atentamente hasta que dijeron que los mayores de edad no podían participar. Así que mi hermano mayor Carlos, que recién había cumplido los dieciocho, abandonó la sala.

— Son perfectos. — Dijo una mujer tocándole el pelo a Sara, mi hermana que en ese momento tenía doce años.

Mis padres empezaron a abrazarnos, cosa que me pareció muy raro, ya que ellos nunca eran cariñosos con nosotros a no ser que quisiesen dinero. Aunque seguramente estos hombres les fuesen a dar una gran cantidad.

— Esto es por vosotros, vais a estar muy bien. — Aún recuerdo esas palabras de mi madre, las palabras que cambiaron toda mi vida.

Los trajeados nos metieron en una furgoneta a la fuerza, la cual iba parando de vez en cuando para meter a más niños de nuestras edades. En un momento paramos en un puerto y nos adentramos a un barco de carga. Ahí el miedo aumentó, no solo estábamos secuestrados, íbamos a otro continente.

Cuando llegamos a tierra todos estábamos muy asustados, unos gritaban, otros lloraban y los más mayores insultaban a nuestros padres. Cuando por fin paramos aparcamos en una especie de parquin subterráneo y nos dividieron en grupos según nuestra edad y sexo.

No podía pensar en cómo nuestros padres nos habían dejado tirados de esa forma. Seguramente pensasen en que sería una oportunidad para nosotros, o simplemente pensasen en el dinero.

Nos vendieron, aún no puedo ni imaginarme cómo pensaron que sería una buena idea. Pero repito, mis padres siempre han sido unos egoístas que sólo se preocupaban por conseguir el dinero necesario para comprar droga. Y la mayoría de las veces no lo hacían de una manera muy limpia.

𝐄𝐥 𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨··Donde viven las historias. Descúbrelo ahora