𝟎𝟓. 𝐌𝐢 𝐚𝐫𝐛𝐮𝐬𝐭𝐨

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LA SEMANA SIGUIENTE ME LA PASÉ ENCERRADA EN MI HABITACIÓN POR EL PEQUEÑO INCIDENTE que tuve con Seth

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LA SEMANA SIGUIENTE ME LA PASÉ ENCERRADA EN MI HABITACIÓN POR EL PEQUEÑO INCIDENTE que tuve con Seth.

Fingí estar enferma y así no volver a casa de Carl junto con Enzo. En verdad aún no había empezado a sentir nada romántico con Enzo, pero ha hecho mucho por mí durante este tiempo y no quiero que piense cosas que no son.

Por esa parte me sentía culpable, si no fuera por Enzo ahora mismo seguiría atrapada en el club hasta dentro de muchos años más. Pero no podía evitar mis sentimientos hacia Seth y todo lo que ello conllevaba.

Al final de la semana tuve que salir de mi cueva, ya que iríamos a un casino a las afueras de Miami. Este era el casino donde se encontraba Bobby, el cuál era el dueño desde hace muy poco, como habían deducido los hombres. Estaba muy nerviosa, no sólo por lo que se pudiese liar en el casino, sino por volver a ver a Seth después de este tiempo.

— Irene, ¿estás lista? — Escuché la voz de Enzo a través de la puerta.

Ya estaba preparada, así que cogí un bolso de Yves Saint Laurent negro, que me combinaba con mi vestido del mismo color, todo regalado por Enzo, en verdad no me podía quejar del gusto del chico todo mi armario era perfecto. Y me dirigí hacia la puerta de la habitación.

— Estás preciosa como siempre. — Me dijo Enzo dándome un beso en la frente y rodeando mi cintura con su brazo.

— ¿Crees qué saldrá todo bien? — Le pregunté mientras caminábamos hacia el coche.

— No estoy muy seguro de eso, Carl y yo nos hemos preparado mucho, pero aún así no sé cómo reaccionará Bobby. En cualquier caso, tenemos la labia de Pepe. — Dijo esto cuando Pepe estaba llegando al coche y le hizo burla a su hermano.

Uno de los trabajadores de los hermano me abrió la puerta, sin embargo Enzo paró la acción y añadió. — Si pasa algún problema o incluso sacan armas, pégate a uno de nosotros y sal. O incluso llama a Seth para que te saque, es el más preparado en estos temas.

Seth, al escuchar su nombre mis nervios volvieron a florecer. Si sucede algún imprevisto iré con Enzo, no puedo volver a ver la sonrisita burlona de Seth. Aunque una parte de mí se moría por volver a verla.

Tardamos aproximadamente una hora en llegar al lugar. Durante el viaje los hermanos no paraban de repasar el plan. Así que me limité a observar por la ventana cómo nos íbamos alejando de nuestra casa.

Cuando llegamos, bajamos del coche y cogí del brazo a Enzo. Aún no había llegado Carl con su equipo, así que decidimos esperarlo, nosotros habíamos llegado con diez minutos de antelación.

— Enzo, voy a ir al baño. — Le dije, los nervios no eran mi mayor aliado y me estaba empezando a mear.

— Vale, pero ve al de la gasolinera. No es buena idea entrar si no estamos todos. Ten cuidado. — Respondió el hombre, asentí y me dirigí a la gasolinera que estaba en frente del casino.

𝐄𝐥 𝐥𝐢𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨··Donde viven las historias. Descúbrelo ahora