Irene siempre supo que su vida no era normal. Pero el verdadero infierno llega cuando es vendida a un club en Miami. Traicionada, sola y sin salida, aprende que en su mundo la libertad tiene precio... y que a veces, la única salvación viene de quien...
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DESDE QUE EMPECÉ A SALIR CON ENZO TODO PARECÍA SER MUCHO MÁS FÁCIL. AL PRINCIPIO fue un poco raro, ya que era un ambiente completamente nuevo y diferente para mí. Pero conforme pasaron las semanas me adapté muy rápido.
Mi día a día cambió por completo y ahora todo lo que quería, lo podía conseguir. Enzo era el hermano menor de Pepe Ortega, y ambos eran los famosos hermanos Ortega, un dúo de narcotraficantes que comercian por todo América pero residen en Miami.
Yo nunca había oído de ellos, pero con todo el dinero que tenían sí que parecía que les iba bien. Vivíamos en una mansión a las afueras de la ciudad, poco más y parecía que vivía en la Casa Blanca. Si mi familia se enterase me llamarían loca, solo mi habitación era del tamaño de nuestra antigua casa
La idea de la droga no me gustaba mucho por todos los problemas que podría traer y las experiencias pasadas que he tenido, pero comprendí que ellos lo tenían mucho más controlado que mi familia. En la mansión no había metro cuadrado sin estar repleto de guardias y cámaras.
Normalmente cuando Enzo tenía que hacer algún trato con otro comprador o narco le solía acompañar, pero solo si él consideraba que no era muy peligroso. Al principio ese rol de mujer florero me molestaba, pero era mucho mejor que mi anterior trabajo y vivía en muchísimas mejores condiciones.
— Irene, ven, vamos a hacer un trato con Bobby. — Dijo Enzo pasando un brazo por mis hombros y dirigiéndonos al coche.
En la casa me llamaban por mi nombre verdadero tanto Enzo y su hermano como los trabajadores, pero fuera de allí seguía siendo "el Lirio Dorado" supuestamente por protección y para que no puedan rastrearme tan fácilmente.
Durante el camino al bar donde habíamos quedado con Bobby, los Ortega me estuvieron explicando quién era. Bobby era un narco que acababa de empezar a ser conocido en la cuidad, era camello en una esquina y hace poco decidió hacer algo más grande e intentar distribuir su propio producto.
Cuando llegamos fuimos hacia una sala alejada del resto de clientes y estaba Bobby sentado en una mesa con unos cuantos guardias por la sala. Los hermanos se acercaron a él y empezó la charla.
Resulta que el nuevo quería hacer un trato para que los Ortega le dejasen vender por una de sus zonas y participar en las reuniones a cambio de apoyarles en todas las discusiones y peleas entre bandos.
Pepe Ortega al principio dudaba, pero Enzo le convenció ya que ese mundo era muy cambiante y tener a un grupo de su lado en todas las peleas les aseguraría una mayor ventaja. Y lo que Bobby pedía tampoco les importaba mucho. Aunque no les convencía del todo aún, así que le dijeron que más adelante les darían una respuesta.
Cuando volvimos al coche Pepe quería pasar por una discoteca al que solían ir, era la discoteca más exclusiva de todo Miami y ellos hasta tenían un sillón reservado. El cual compartían con algunos otros narcos y lo utilizaban para hacer tratos y reuniones más informales.