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Capítulo 3.
UN PASADO EN COMÚN: DEIA & ZORO
• Espero Curarme de Ti (def) Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral de turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Poema de Sabines, cuya máxima expresión que refleja es después de una desilusiónamorosa. La espera, la abstinencia y la soledad son parte de su proceso de recuperación.
𓆉
Los oscuros rincones del Palacio de Ryugu eran amenazadores, sumidos en la sombría lobreguez y el silencio sepulcral que daba paso a la sonora respiración de Deia que resonaba entre los pilares de coral. Su corazón latía tan violentamente que amenazaba con escapar de su pecho, lo sentía subir por su garganta. La ansiedad la invadía como un aliento ponzoñoso, apretándole la garganta y nublándole la mente. Sus piernas también se tambaleaban como si fueran de gelatina mientras se abría paso entre los laberintos de palacio.
Por suerte, había derrotado a los seguidores de Jones que custodiaban la entrada de palacio sin ningún inconveniente... ¡Aunque ese no era el verdadero problema! Deia apretó el puño contra el pecho y el sonido de sus pasos resonó en su mente como un eco incesante. Hacía tanto tiempo que no veía a Roronoa; Tanto tiempo desde la última cama compartida y desde que le rompió el corazón en mil pedazos—ella era consciente del daño que había causado, pero hasta entonces nunca le había tomado el peso suficiente.
Se refugió detrás de una columna de coral, con la respiración entrecortada después de haber corrido como condenada. Su nerviosismo era completamente palpable; también de sus escuálidas manos fluía un violento temblor, su frecuencia cardíaca aumentando y su mente opacándose con interrogantes que quizá solo Zoro podría responder.
