MI FORTUNA ERES TÚ 《FREENBECKY♡》

Capítulo 8: Picnic en la playa

Las semanas pasaron y la relación entre Mon y Sam empezó a florecer nuevamente. Aunque todavía había heridas que sanar y barreras que superar, ambas mujeres se comprometieron a ser sinceras y a apoyarse mutuamente. Pasaban más tiempo juntas, reían, compartían sus días y sus noches, redescubriendo la conexión que las había unido en primer lugar.
La relación había alcanzado un nuevo nivel de intimidad y confianza.
Decidieron aprovechar al máximo cada momento juntas, ya que dentro de un mes Sam se iría con mina a Inglaterra para cerrar un negocio muy importante, Mon no podrá ir porque se quedará enfrente de la empresa mientras Sam y Mina están ausentes
Juntas disfrutando de la vida y del amor que compartían, todo parecía perfecto

Una tarde soleada, Sam y Mon decidieron ir a la playa. El cielo estaba despejado y el mar reflejaba el azul infinito del horizonte.
Caminaron descalzas por la arena sintiendo la brisa marina acariciar sus rostros. Rieron, corriendo, y se abrazaron mientras las olas jugueteaban a sus pies.

—Esto es perfecto—, dijo Sam, mirando a Mon con ojos brillantes. —Siento que no necesito nada más en estos momentos.—

Mon sonrió y le Tomó la mano. —Yo también, Sam. Estar aquí contigo hace que todo valga la pena—.

Después de un rato, se sentaron en la manta de picnic que habían llevado. Sam sacó una cesta llena de frutas frescas, queso, y una botella de vino. Mientras comían, compartieron historias y sueños, disfrutando de la simplicidad de estar juntas.

Esa noche, decidieron quedarse en una pequeña cabaña junto a la playa. La cabaña era acogedora, con una gran ventana que daba al mar. Se sentaron en la terraza, observando el sol ponerse y pintando el cielo con tonos naranja y rosa.

—Siempre he soñado con tener momentos así—, dijo Mon. Apoyando su cabeza en el hombro de Sam.
—Momentos de pura felicidad—.

—Y ahora los tenemos mi amor, cumpliré cada uno de tus sueños, haremos todas las cosas que siempre has querido hacer, iremos a los lugares que desees conocer—, respondió Sam, acariciando suavemente el cabello de Mon.

A medida que la noche avanzaba, ambas se sintieron más cerca que nunca. La conexión entre ella era palpable, una mezcla de amor y confianza y deseo. Mon se volvió hacia Sam, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y vulnerabilidad.

—Sam, quiero que sepas lo mucho que significas para mí. Eres mi todo.—

Sam la miró con ternura y, sin decir una palabra, la besó con suavidad. Fue un beso lleno de promesas y amor, un preludio de la entrega total que estaban a punto de experimentar.

Se dirigieron al interior de la cabaña, sus corazones latiendo fuerte. La habitación estaba iluminada por la luz de la luna que entraba por la ventana, creando un ambiente mágico. Lentamente, se fueron quitando una a una cada prenda, sus ojos nunca apartándose el uno del otro.

Se acercaron con delicadeza, explorando cada rincón de sus cuerpos con caricias y besos. La pasión fue creciendo, y por primera vez, se entregaron completamente la una a la otra. Hicieron el amor con una mezcla de ternura y pasión, sintiendo que cada momento era una reafirmación de su amor y compromiso.

—Te te amo Sam—, dijo Mon entre cortado.

—Te amo a ti y hoy sabrás lo mucho que te amo—

Sam comienza a besar los labios de Mon un beso que poco a poco se vuelve intenso ambas se separan por falta de aire mirandose fijamente con una mirada llena de deseo. Ambas vuelven a besarse, pero esta vez Sam va dejando un camino de besos hasta el cuello de Mon, luego continua dejando  un camino de besos hasta llegar a sus pechos, donde comenzo a chupar ambos pechos de Mon, lo hizo de una forma tan jodidamente rico que Mon solto un gemido.

Siguió besando poco a poco alrededor de los pechos de Mon, dejando suave mordidas en el proceso, haciendo que de la boca de Mon salieran suaves jadeos. —No pares— decia Mon

Sam subio a besar su boca, su cuello, sus pechos y abdomen. Y un camino de pequeñas marcas rojas y humedas que fueron descendiendo cada vez que Sam dejaba sus besos por el todo el cuerpo de Mon. La mano de Sam poco a poco fue descendiendo por el cuerpo de Mon hasta llegar a aquel lugar que desprendía una increíble humedad y pedía atención. Con suaves movimientos de su pulgar en el clítoris de Mon empezó a estimularla para lubricar la zona.

Sus dedos jugaron un poco en el clítoris de Mon, dando suaves masajes y de vez en cuando se tomaba el tiempo para dejar un suave apretón. Mon se sentía tan bien, tanto que no pudo resistir más lo que quería que Sam le hiciera. Un dedo fue introducido lentamente en su interior haciendola gemir más fuerte de lo que lo estaba haciendo antes,

un segundo dedo fue introducido que quiso hacerle compañía al primero y ahí fue dónde empezó a recibir pequeñas embestidas, y los gemidos no tardaron en salir, —Más ra-  rápido Sam—pidió como pudo y llevó sus manos a la espalda de Sam para poder tener algo firme de lo cual sujetarse.
—Como pidas, mi amor—dijo y obedeció.

Rápidos movimientos de los dedos de Sam en la parte íntima tenían totalmente loca a Mon, sus gemidos cada vez eran mas y más fuertes y no dejaba de suplicar por más, cosa que ponía a Sam más caliente.

—Si- sigue así,  no-pares, no peres—decía Mon, estando a punto de llegar a un muy esperado orgasmo. Sam sentía como sus dedos cada vez eran mas apretados por la húmeda y estrecha vagina de mon.

—Sam, ya... ya casi llego— Sam metió sus dedos más profundo y la punta de éstos empezó a golpear aquel famoso lugar llamado punto G. La respiración agitada de Sam y los gemidos constantes que salían de la boca de Mon hacían que el ambiente fuera un lugar lleno de gemidos ardientes y eroticos. Hasta qué después de una última embestida un tanto más fuerte los dedos de Sam, se fueron apretando y luego fueron golepeados por un fuerte orgasmo de parte de Mon y sus dedos fueron bañados del magnífico orgasmo.

~♡~

¡Jelouuuu!

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Cada lectura y cada comentario son un recordatorio de porque amor lo que hago.

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