Capítulo 23: Camino A La Felicidad

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Pasaron un par de meses y la vida de Sam y Mon se había transformado en formas que nunca imaginaron. La empresa de consultoría que habían fundado juntas había crecido exponencialmente, alcanzando un éxito que ni en sus sueños más optimistas habrían previsto.

Con el éxito de la empresa, Sam y Mon decidieron mudarse a una casa mucho más grande, una que reflejara no solo su nueva estabilidad económica, sino también el hogar amoroso que querían construir. La nueva casa estaba situada en un tranquilo barrio residencial, con un amplio jardín, perfecto para relajarse después de largas jornadas de trabajo.

Una mañana soleada, mientras desempacaban las últimas cajas en su nueva casa, Sam se detuvo un momento para observar a Mon. La luz del sol se reflejaba en su cabello, y la paz en su rostro era evidente.

—¿Sabes? —dijo Sam, acercándose a Mon y rodeándola con los brazos desde atrás—. Nunca imaginé que estaríamos aquí, de pie en esta hermosa casa, después de todo lo que hemos pasado.

Mon sonrió, girándose para enfrentarla.

—Lo sé. Pero lo logramos, juntas. Y eso es lo que importa.

Sam besó suavemente a Mon, sus labios apenas rozándose, pero llenos de promesas.

—Quiero que sepas algo. No importa cuánto dinero tengamos, lo más valioso para mí es tenerte a mi lado, Mi fortuna eres tú.

Mon acarició la mejilla de Sam, sus ojos brillando con emoción.

—Y tú eres mi mayor tesoro, Sam. Siempre lo serás.

A lo largo de los días siguientes, la pareja disfrutó de su nueva casa, organizando cenas con amigos y familiares, y planeando futuras vacaciones. Pero una noche, mientras estaban sentadas en el porche trasero, viendo el atardecer, Mon rompió el silencio con una pregunta que había estado rondando su mente.

—Sam, he estado pensando en ese niño de la fundación. ¿Te acuerdas?

Sam asintió, recordando el momento exacto.

—Sí, lo recuerdo.

Mon tomó aire profundamente antes de continuar.

—No puedo dejar de pensar en él. ¿Qué te parece si averiguamos más sobre la posibilidad de adoptarlo? Hemos sido bendecidas con esta nueva oportunidad en la vida. Tal vez sea el momento de compartir nuestra felicidad con alguien que realmente lo necesite.

Sam sonrió, sintiendo una calidez inmensa en su corazón.

—Estoy de acuerdo, Mon. Vamos a averiguarlo.

Las semanas siguientes fueron un torbellino de reuniones con trabajadores sociales, visitas a la fundación y la emocionante espera de ver si serían aprobadas como madres adoptivas. El proceso no fue fácil, pero con cada paso, Sam y Mon se acercaron más a su sueño de darle un hogar a ese niño.

Finalmente, el día llegó. En una ceremonia íntima en la fundación, Sam y Mon se convirtieron oficialmente en las madres del pequeño Lucas, el niño que les había robado el corazón desde el primer encuentro.

Al llegar a casa con Lucas por primera vez, Sam se arrodilló frente a él y le dijo con voz suave:

—Bienvenido a tu hogar, pequeño.

Mon se unió a ella, abrazando a ambos.

—Somos una familia ahora, y siempre cuidaremos de ti.

Con Lucas en sus vidas, Sam y Mon encontraron una nueva fuente de alegría y propósito. La risa de un niño llenaba su casa, y el amor que compartían se multiplicaba día a día.

MI FORTUNA ERES TÚ 《FREENBECKY♡》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora