Fuego de Dragón

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Draco escucha unas risas que lo llevan al jardín, aunque han pasado unos días sigue sorprendiéndose de la capacidad de Ochako por hacer que su madre se vea y se sienta tan relajada, más cuando las ve flotando sobre los arbustos ¿Cómo convenció a Narcissa? Sigue siendo un misterio, pero le alegra verla sonreír y por un momento imaginar que los días oscuros nunca llegaron, que sigue siendo la misma mujer elegante, autoritaria y feliz con el mundo a sus pies.

Le duele dejarla sola, porque estos días la ha visto brillar tanto o incluso más que antes, y si este es el trabajo de los héroes, está en deuda con ellos, la sonrisa de su madre vale mucho más que toda su fortuna.

-Le dije a los elfos que te dejaran un cambio de ropa para la cena – llega hasta Shoto que está sentado disfrutando de una taza de té y bocadillos mientras ve como Uraraka señala algunas flores sobre los arbustos más altos que Narcissa se dirige a podar.

-Tu madre dijo que es tradición vestir formalmente esta noche – han estado muy cómodos en la mansión.

-Cada año madre organizaba una gran fiesta, un baile donde solo las personas más distinguidas de la alta sociedad eran invitadas... no lo demuestra, pero sé que para ella fue difícil dejar esos días – recuerda bien cuando la mansión se llenaba de un sin fin de ostentosas decoraciones.

-¿Y para ti? – el bicolor le pasa una taza de té caliente.

-No puedo negarlo, fue lo que siempre conocí y me hacía sentir orgulloso – presumir a sus amigos los nuevos juguetes, viajes o caprichos que sus padres consentían, así fue toda su vida – pero no podemos seguir aferrados a lo que no volverá... eso ya no importa, solo esto – tener la libertad necesaria para una vida digna es más que suficiente – no imagine que algún día madre volvería a sonreír así.

Shoto no dice nada y se queda viéndolo en silencio, admirando la diminuta sonrisa del rubio que ve encantado como se encargan del jardín.

Cuando llega la noche Todoroki baja con un fino traje que seguramente era de Draco y que los elfos ajustaron a sus medidas, Uraraka usa un vestido rojo con volantes hasta el suelo y Narcissa uno celeste muy elegante que le queda perfecto.

-Te ves hermosa madre – Draco le da un ligero beso en el dorso de la mano obteniendo una sonrisa cariñosa – también te ves magnifica Ochako – Uraraka da una voltereta levantando los volantes de su falda.

-Narcissa-san me lo presto, probamos tantos vestidos hermosos – se siente como una princesa.

-Pasamos una tarde de lo más agradable – ama a Draco y no lo cambiaria por nada, pero siempre quiso compartir ese tipo de momentos con una niña.

-Ambas se ven muy bien – dice Todoroki, tratando de no mostrarse incomodo con la corbata.

-Vamos entonces, la cena esta lista – dice la anfitriona aceptando el brazo de su hijo que la escolta hasta como todo un caballero, mientras los héroes los siguen a cada lado.

La cena es llenada de anécdotas principalmente de Uraraka que les cuenta como son las navidades en su mundo, especialmente las ultimas que ha compartido con sus amigos y novio.

-Por lo que nos cuentan su grupo de compañeros es bastante cercano – comenta Narcissa terminado su porción.

-Si, hemos pasado por muchas cosas – casi puede decir que son como hermanos.

-Nos apoyamos en todo lo que podemos – comenta Todoroki, sin sus amigos hace mucho que se habría perdido en su propia mente.

Luego de la cena siguen con la velada en el salón disfrutando de una copa de champagne mientras un violín mágico toca una melodía ligera.

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