Mundos Paralelos (Season Two)

2.15 Lucha de poder

El espacio era incómodo y los movimientos a causa del acumulo de nubes y vientos no ayudaban a su nervioso pulso
¿Quiere que lo haga yo doctora?
Tomo una bocanada de aire y soltó lentamente para luego negar con la cabeza, fijó de nuevo su vista en el abdomen cubierto por aquel campo tan característico de su día a día y sin más incidió con aquel pequeño mango de bisturí la piel
¿Niveles de saturación?
¡Estables!
Debrido el área para acceder a cavidad, soltó el mango y lo cambio por aquella tijera y allí contempló como la sangre bañaba los órganos
Hay hemorragias internas -Decía con voz quebrada-
Busquemos el trayecto de la bala
Otros dedos se introducían con cuidado siguiendo los rastros de aquel objeto metálico
Hay daño en hígado y bazo, es más creo que allí está incrustado el proyectil- Aquel joven médico le daba el parte de lo visto en la exploración
Pinzas -otro hombre un poco más mayor que ambos les alcanzaba los instrumentos
Bloquea acá y allí -señalaba las arterias y venas que emanaban profusamente el líquido vital
Tenemos que extraer el bazo -la pesada respiración apenas le permitia hablar, su estómago revuelto a causa del miedo y sus pensamientos difícil de callar la estaban llevando a un estado de estrés incontrolable
El hígado puede recuperarse, hágase cargo del bazo y yo ligo todo el paquete vascular hepático

Respiro hondo y sin buscar mirarle más se concentró en hacer lo mejor posible.

**

Estaba sentado en aquella mesa que tantas veces había visto en sus años de servicio, su mano sujetaba un pequeño vaso de vidrio y su mirada perdida al fondo de la sala
No te ves nada bien Thompson- Un moreno alto de ojos verde entraba al lugar- Así que te disparó la perra de Lanzerotti, en tu lugar estaría en casa descansando y no aquí-
El silencio fue la respuesta al monólogo que había instalado aquel agente
Muchos muertos hoy... y tú estuviste tan cerca... si la hubieses agarrado... creo que hasta te hubiésemos nombrado el nuevo jefe de la sección tres
Una risa lleno los espacios del ambiente- Cuando pensé que no podías ser más imbécil, vienes con este discurso obsoleto de héroes y medallas... Parker así algun agente metiera en la cárcel a todos los integrantes de la mafia calabresa... eso no lo llevaría a ser jefe... ni director, ni nada...
El hombre tomó asiento frente a él -No sé cuáles son tus aspiraciones dentro del SSC... pero en lo que a mi respecta... voy a hacer lo posible e imposible por atrapar a esa delincuente y llevarme el premio mayor
Dibujo otra sonrisa, tomó un sorbo de aquel contenido del vaso y lo miro- ¿Cuál es ese premio Parker?
La Jefatura del SSC
Otra sonora sonrisa salió sin represión de su boca
-Acuérdate de lo que te digo- Agarró un bastón de color negro que se hallaba a un costado de la mesa y se lo acercó al agente Thompson- Toma y cuida esa pierna, la necesitarás si quieres competir de verdad- Sin decir más salió dejando a un sonreído Joe -
Suerte Parker... la vas a necesitar- susurró para sí mismo-

**

En una bandeja de metal que reposaba a un costado de ellos estaba el bazo hecho pedazos y un fragmento de hígado lesionado, habían pasado una media hora desde que habían terminado aquella inusual cirugía.
Va a estar bien doctora- El joven médico volvía a dirigirse a ella para tratar de calmar su estado- Hizo un buen trabajo
Me preocupa la pérdida de sangre
La compensamos con la solución coloide, eso restaurara la presión oncótica
No es igual -sus azules ojos no aportaban la mirada del monitor que ocupaba casi todo el espacio- ¿Cuánto falta para llegar?
Un par de horas... quizás un poco más- respondía el otro hombre-
Por cierto doctora.... mi nombre es Favio y él es Marco-
Giro a verlos por fracciones de segundos- Soy Taylor Smith-
Ambos hombres se miraron confusos
Pensé que usted era la esposa de la Donna -Marco quien había trabajado como el anestesista intentaba aclarar su duda-
¿Por qué creyó eso? -su instinto de desconfianza asomaba-
Don Stefano nos dijo que Doña Priscilla y su esposa abordarian este avión y que una de ellas o ambas posiblemente necesitaría ayuda médica- El joven Favio se explicaba ante una mirada escrutadora-
Somos los médicos de la familia -Concluyó Marco- Es más Favio es sobrino de Don Stefano y yo soy hijo de Carlo, hermano del difunto Pascuale-
No entendió nada de los vínculos al que se referían los dos hombres- Soy Federikke Heisen- apenas susurró para dar por terminada aquella extraña conversación.