Dalia:
Siento como me mueven de un lado a otro....
Oh mierda ¿Que está pasan...
Abro los ojos de golpe, encontrándome con Amara frente a mi. Una imagen digna para gritar.
Joder. ¿Por qué ahora?
Me cubro el rostro con una almohada, podría asegurar que viene por su tarea y a contarme como le fue en las carreras, mentiría si dijera que no me da bastante curiosidad por lo que me siento sobre la cama.
Amará cruza las manos sobre su regazo, esperando a que diga algo.
- ¿Que haces aquí?- pregunto, frunciendo el ceño.
Las comisuras de sus labios se elevan hacia arriba.
- buenos días, primero- dice rodando los ojos, al igual que yo- vine a contarte sobre ayer y por mi tarea, pero mejor te dejaré para que te duchés.
Le da unas palmaditas en mi hombro e intuyo que debo de estar horrible, no importa cuánto lo intente, siempre parezco una muerta viviente por las mañanas.
>>Sin duda<<
- te veo abajo- se despide, cerrando por fin la puerta.
Ignoro olímpicamente mi conciencia mientras me adentro al baño, cerrando la puerta con mi pie.
Y como lo supuse, mi imagen es digna de admirar, ¿Que me está pasando?
Llevo días sin poder dormir bien, pareciera que mi cuerpo está cansado, como si todas mis fuerzas se hubiesen ido por la borda, como un barco en la deriva, sin rumbo ni dirección.
>>No puedes volver a hacerte mierda<<
Lo sé...
Envuelvo mi cuerpo con una toalla y seco mi cabello con otra. Suspiro lentamente, tratando de aclarar mi mente por completo.
Vamos, Dalia. Tu puedes. El dolor es inevitable, al igual que el cansancio, un día puedes estar bien y al otro ya no.
Me puse lo primero que encontré y eso incluyo unos shorts cortos y un top negro, ajustado a mis pechos, joder. Tomo todo mi cabello en una coleta alta y me muevo frente al espejo para asegurarme de que esté bien hecha; Inconscientemente mi mirada se desliza por todo mi cuerpo, curvas marcadas, abdomen plano, pechos normales y un trasero redondo.
>>Tienes todo lo que un hombre busca, Dalía<<
¿Cómo es posible que alguien como yo tenga un cuerpo tan perfecto?
No, no lo entiendo.
Tomo una bocanada de aire antes de tomar mi mochila y salir. Adriana no está en casa, lo sé porqué la escuché hablar por teléfono a un lado de mi puerta por la madrugada.
Me encuentro a Amara de espaldas sentada en el sofá. Me acerco lentamente.
Voltea y me apresuro a tapar su boca con la palma de mi mano, antes de que suelte un chillido.
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Un misterio encantador
RomanceDalia, una chica universitaria con traumas de su pasado. Fabián, un empresario frio y corredor de carreras legales e ilegales. Ellos se cruzan por casualidad, son un misterio para ambos; sin embargo, no saben que el destino les tiene preparado algo...