CAP #4

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Dalia:

Despertar nunca es fácil, en un sentido general de la palabra, se siente tan extraño cuando por fin cerramos los ojos y nos perdemos en la inconsciencia, cuando los pensamientos por fin cesan.

La oscuridad es seductora, un abismo profundo donde nuestras preocupaciones se disuelven. Pero el regreso es brutal. La realidad nos golpea como una ola fría, reviviendo los miedos por completo; de la serenidad a la turbulencia, de la calma al caos.

La luz es cegadora y mis sentidos se reactivan, obligándome a enfrentar lo que intente escapar hacé un momento.

Lentamente me incorporo del suelo. Las punzadas de dolor en mi cabeza vuelven, junto a un dolor de espalda mucho menos soportable.

Al entrar al baño lo primero que me recibe es mi espantoso reflejo en el espejo. Joder, estoy casi pálida, si no fuese por el único color que adorna las espantosas ojeras debajo de mis párpados, seguro que parecería un papel.

Hago una mueca.

El agua caliente cae sobre mí, el calor se infiltra en mis músculos, mientras, Inconscientemente, algunas lágrimas se resbalan por mis mejillas.

El vapor crea una niebla suave que rodea mi cuerpo, evitando que observe mi alrededor con claridad. El sonido del agua es como un susurro calmado, un lullaby que me envuelve.

Aunque sea una mentira.... la calma no existe, en realidad, siempre llega antes de la tormenta.

Inclino lentamente mi cabeza hacia atrás. Cierro los ojos cuando siento que comienzan a arder, trato de mantener mi mente ocupada con lo pasado hace días, sin darle ni un poco de espacio a lo de la noche anterior....

Sin embargo, a pesar de todos mis esfuerzos, es inútil, sigue asechando los rincones más ocultos de mi mente, siendo imposible disiparlo por completo; como una sombra persiguiendome a todas partes, siempre presente, siempre esperando.

Mi nariz vuelve a picar y solo.... respiró.

Ahora no, Dalia. Ahora no.

Envuelvo mi cuerpo con una toalla al salir de la ducha e inconscientemente mi mirada estudia mi reflejo a lo lejos, y solamente..... sonrió.

Sonreír, Sonreír, Sonreír, es imposible no hacerlo.

Forzar una sonrisa nunca es fácil, especialmente cuando eres consciente de que tan echa mierda estas por dentro, es como poner una capa de pintura sobre una pared agrietada. Puede que parezca bonita por fuera, pero por dentro sigue estando rota....

El sonido del móvil sobre el mármol, es lo único que logra sacarme por completo de mis pensamientos, como un golpe de realidad que me devuelve al presente.

Miro la pantalla, y suspiro cuando veo el nombre de Amara aparecer en la pantalla por segunda vez.

Me tomo un momento antes de contestar:

- ¿Hola?- saludo, abriendo la puerta del baño para salír de una vez.

- ¿Dalia?- la voz de Amara llega a mis oídos como una luz en la oscuridad.

Porque si, mi mejor amiga es la mejor persona que conozco en este mundo.

- ¡Soy yo!- exclamó, indignada.

- lo siento, lo siento- su risa se escucha al otro lado de la línea.

- ¿A qué se debe tu desagradable llamada?- bromeó, sonriendo un poco.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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