𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 4: 𝐹𝑒́𝑙𝑖𝑥

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Su confesión debería haberme asustado. Debería haberme hecho correr hacia la puerta, pero no lo hice. No podía. Quería esto. Deseaba a Hyunjin. Y una parte de mí sabía que podría arrepentirme más tarde cuando mi corazón me estuviera rogando que le diera todo, pero podría lidiar con esas emociones después.

—No quiero que seas gentil, Hyunjin. Deseo todo de ti. No te contengas si normalmente no lo haces —le ordené. No quería que me tratara especial cuando estaba seguro de que no lo era.

Él empujó sus bóxers hacia abajo revelando su palpitante pene. Era grueso y largo, y de aspecto impresionante. Tragué más allá del nudo en mi garganta.

¿Encajaría? ¿Dolería? Jeongin y yo hablamos de que dolía antes, aunque dijo que con el hombre correcto podría ser lleno de placer.

—Eres especial para mí, Félix... —siseó Hyunjin mientras subía por el colchón. Me había quitado la camisa hace unos momentos, dejándome completamente desnudo.

Un escalofrío me cubrió el cuerpo cuando me miró como a un bistec raro que estuviera listo para morder-. Quiero cuidar de ti. Quiero explorar tu cuerpo, quiero adorarte como ningún hombre antes...

Sus palabras casi hicieron que los ojos se me llenaran de lágrimas. Escondí mis sentimientos por culpa de Hyunjin. Porque revelarlos nunca me llevó a ningún lugar y ahora aquí estaba confesando todo lo que alguna vez había sentido.

—Entonces hazlo. Tómame. Estoy listo —ronroneé, metiendo una mano entre mis piernas. Froté un pequeño círculo y apreté mi nuevamente erecto pene y gemí de placer.

Hyunjin me miró con ojos oscuros, sus pupilas estaban dilatadas y sus puños apretados a los costados.

—Métete los dedos... —ordenó, y mi cuerpo se relajó en el colchón. Lentamente moví mis dedos hacia mi entrada, y hundí fácilmente mi índice y mi dedo medio en mi canal empapado. Mis piernas se separaron más y más mientras los deslizaba dentro y fuera de mi apretada entrada.

—Hyunjin... —Suspiré, imaginándolo mientras golpeaba dentro y fuera de mí.

—Mueve tus dedos... —Su voz era entrecortada, y abrí los ojos, entonces me di cuenta de lo cerca que estaba de mí. Acariciaba su longitud con una mano mientras me ajustaba para tomar su pene con la otra.

Mi corazón latía contra mi caja torácica. Sucedería. Finalmente me reclamaría. Puse una mano arriba, colocándola en su hombro mientras mis ojos permanecían fijos en su pene.

—Estoy listo. —Mi voz era como humo mientras las palabras se escapaban de mi boca. Ambos mantuvimos nuestros ojos fijos en las partes de nosotros que estábamos a punto de conectar.

—Te dolerá, Félix. Te arderá, pero te juro que te compensaré. Haré que valga la pena —siseó Hyunjin con los músculos de sus brazos apretándose mientras presionaba la hinchada cabeza de su pene en mi entrada.

Pude sentir su grosor estirándome, y aunque fue doloroso envió un hormigueo de placer a través de mi cuerpo.

—Ahhh... —Mis uñas se hundieron en su piel mientras se hundía un poco más dentro de mí. Mi cuerpo estaba tratando de adaptarse a su longitud mientras intentaba empujarlo al mismo tiempo.

—Tu interior me está rogando que te embista y tire de tu virginidad, pero me estoy aguantando, bebé. Me estoy conteniendo por ti. —Todo el cuerpo de Hyunjin se sacudió con necesidad mientras hablaba a través de dientes apretados.

Me estaba reclamando, poseyéndome. Se deslizó un poco más y levanté la vista desde donde estábamos conectados notando que solo estaba la mitad de su pene dentro de mí.

𝑴𝑰́𝑶 ~ 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora