𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7: 𝐻𝑦𝑢𝑛𝑗𝑖𝑛

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Tenía cinco segundos para explicar por qué estaba besando a Félix y de esos cinco segundos, ya habían pasado dos.

—Te digo que lo ayudes a mudarse y ahora lo estás besando... —gruñó Minho. Se veía bien, saludable, puede que un poco demasiado saludable.

—Es...—Me paré frente a Félix protegiéndolo de la furia de su hermano.

—¿Es qué? —La ceja de Minho se disparó. Estaba enojado como debería estarlo, pero necesitaba escuchar lo que tenía que decir antes de patearme el trasero.

—Es más de lo que piensas. Juro que mis intenciones son puras... —Sostuve mis manos en alto de una manera no defensiva.

—En serio, Minho. —Félix saltó desde el columpio, y su pequeña voz causó que tanto Minho como yo nos detuviéramos.

—Félix...—advirtió Minho con los ojos ardiendo en los míos.

—No. Una cosa era decirle a Hyunjin que no hace años, pero ahora somos adultos y si queremos estar juntos es nuestra elección. —Mierda, Félix estaba defendiéndome de su hermano como nunca antes.

—No quiero que te lastime.

Los ojos de Minho se suavizaron mientras miraba a su hermano. Entendí el inmenso amor que tenía por él, más ahora que nunca.

—Yo nunca...—dije, con la mandíbula tensa, con mis ojos en el premio.

—Hiciste cosas malas antes, y ahora cruzaste una línea que no deberías haber cruzado. —Los ojos de Minho retrocedieron a los míos. Sabía que se sentía traicionado y enojado por esto, pero al final del día, haríamos nuestras propias elecciones.

—Eres como un hermano para mí, Minho, y te quiero, pero Félix y yo vamos a estar juntos. —Lo miré fijamente, desafiándolo a que me preguntara más. Pelearía por Félix si tenía qué hacerlo.

Minho negó como si estuviera tratando de despertar de una pesadilla.

Estaba tan atrapado en sus rasgos faciales que nunca vi venir el golpe, pero lo sentí. Su puño me dio justo en la mandíbula, forzando mi cabeza hacia atrás. Me tambaleé y Félix se aferró a mí, tratando de estabilizar mi cuerpo oscilante. El dolor aguijoneó mi mandíbula y mi labio, y mientras lo limpiaba con la parte posterior de mi mano vi sangre.

—Si le haces daño, Hyunjin, te mataré. —La voz de Minho fue baja antes de retirarse hacia la casa. Tzuyu y Seungmin salieron corriendo de la casa justo cuando Minho entró.

—¿Qué demonios pasó aquí? —ordenó Seungmin con sus ojos penetrantes en los míos.

—Acabo de contarle a Minho sobre Félix y yo. —La sangre bombeaba en mis oídos y la adrenalina corría por mis venas.

Solo había una forma de probarle a Minho, que era el mejor hombre para Félix y era estar aquí para él a cada paso del camino. No renunciaría a él. No lo defraudaría, y no lo lastimaría.

—Oh Dios...—Tzuyu se apresuró al lado de Félix-. ¿Estás bien, cariño? —preguntó Tzuyu, su pregunta dirigida a su hijo.

—Sí, mamá. Es Hyunjin quien está sangrando. —El tono de Félix estaba lleno de molestia. Tzuyu movió sus ojos hacia mí con una sonrisa tirando de sus labios.

—Mientras viva, un pequeño corte nunca lastimó a nadie. —Negué.

Tenía razón, no iba a morir, aunque mi ego estaba un poco herido.

—Lo sabe ahora, y está claramente enojado, ¿podemos irnos a casa ahora? ―preguntó Félix, con su palma sudada y nerviosa en la mía.

—Lo que quieras, Félix... probablemente será mejor dejar a tu hermano antes de que le digamos algo más —murmuré por lo bajo. Su madre giró sobre sus talones y se dirigió a la casa.

—Gracias. —Félix me sonrió. No tenía idea de que era yo quien estaba agradecido con él.

—Soy yo quien te agradece, amor... —Bajé la cabeza, presionando un suave beso contra sus labios. El dolor rodó a través de mi labio, pero valió la pena. Cada beso que alguna vez le diera a Félix valdría la pena.

𝑴𝑰́𝑶 ~ 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora