Cap 6

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Oliver

Se ve tan linda así, teniéndome miedo,se ve tan vulnerable,se ve...tan mía.

Es tan hermosa,tan bella cómo si de una princesa se tratase,pero ni siquiera la princesa más hermosa se compara con la belleza de mi Melina,ella es superior a toda chica existente,a todo ser

Aún así le pegué una cachetada,no me gusta que me falten al respeto,ella debe aprender a respetarme sea de la manera que sea

–No vuelvas a faltarme el respeto, Melina–le dije serio,a ella se le caen un par de lágrimas y me doy cuenta que mi mano, quedó marcada en su mejilla

–Sino,te irá peor, sabes que hablo enserio–dije–No vas a volver a faltarme el respeto¿Verdad, amor?–no me contestó,solo sigue llorando en silencio,lo que me molestó,la tomé del mentón e hice que me viera a los ojos,de los suyos, todavía caían lágrimas

–N-no–dijo intentando no llorar delante de mí,pero no tiene caso

–¿No qué, Melina?

–No volveré a faltarte al respeto,Oliver–Música para mis oídos

–Muy bien,cariño–dije, dándole un beso en la frente–debo irme, tengo algunas cosas que hacer,pero volveré para verte en la noche, adiós amor.

Salí de la habitación, dí unos pasos por el pasillo y  escuché una voz

–¿Zorra nueva?–la voz de mi hermano

–No te refieras a ella de esa forma,ella no es de mis zorras–le dije

–¿Un juguete?–preguntó siguiendome hacia afuera de la casa

–Tampoco.

–¿Entonces?,oye si no la necesitas¿me la prestas más tarde?–eso me enfureció,me di vuelta y lo tomé de el cuello, dejándolo contra la pared

–No,no te la voy a prestar,ni siquiera la vas a ver,ella es mí mujer,¡mía!¿me escuchaste?,a ella no la puedes ver ni tocar,solo yo,ella me pertenece

–Oye tranquilo,Oliver, tampoco cómo para que te
pongas así–lo solté y seguí caminando

–Hermano–me llamó

–Qué

–Al menos déjame verla, quiero saber la razón de que casi me asfixies

–No,ni siquiera te acérquese a su habitación

–No me la voy a robar,solo quiero verla–tanta insistencia me hartó, tomé la navaja que guardo en mi bolsillo y lo puse contra su cuello, mirándolo de forma amenazante

–Dije que no,no te vas a acercar ni siquiera a su habitación,si llego a verte al menos rondando por esa parte de la mansión,te voy a castrar ¿Entiendes,Regan?–él levantó las manos en señal de rendición

–Está bien, sí,ya entendí

–Eso espero–le dije, miré la hora,y ya estaba llegando tarde–me voy, recuerda lo que te dije,querido hermanito

–Si si ya vete,idiota

–No te acerques a ella–y con esta última advertencia me fuí

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