¿Qué pasaría sí...? Moonvale

Capítulo 1 - Dolor

    Llevo mirando el techo desde que me he despertado a las tres de la mañana. Las pesadillas han continuado a pesar de haber regresado a casa.
    Todas las pesadillas empiezan como una noche parecida a mi última noche con Jake. Da igual dónde estemos alojados, que siempre termina rodeado en fuego y con Richy alejándolo de mí. Viendo con horror a Jake quemarse y gritar de dolor y yo no poder hacer nada para salvarle. Maldigo a Richy siempre. Maldigo a su familia. Maldigo a... al mundo entero por alejarle de mí. Con un grito que hace que mi garganta me duela hasta notar el sabor del hierro en mi boca. Quiero ir con él. Quiero ir con Jake. Pero siempre que lo intento, acabo también rodeada por el fuego, notando dolor en mi pecho por inhalar el humo y dejándome arrastrar hasta él. Por desgracia... El dolor gana.

    Asusto a Henry cada vez que me despierto por las noches, y tengo que abrazarlo para calmarlo. Aunque es a mí misma a quien intento calmar mientras lloro. 

    Giro la cabeza para alcanzar el móvil y mirar la hora. Las seis en punto de la mañana. Debería levantarme y prepararme para ir a trabajar al menos para conseguir dinero para alimentar a Henry.
    Noto cómo salta a la cama y le observo mientras mueve su naricita.
   ―Ya me levanto... ―contesto, intentando incorporarme. Me duele el cuerpo completo de sentir que el fuego me a abrasado otra vez.
    Henry da un fuerte golpe contra la cama, enfadado. Me aparto el cabello de la cara y frunzo el ceño.
   ―Me estoy levantando, lo juro ¿ves? ―pongo un pie en el suelo y él se aproxima, mordiendo la camiseta del pijama― Sí, sí, ya me levanto...
    Desde que regresé, Henry es el único con el que hablo. Desde que fui a por él a casa de Lian, no he hablado con otro ser humano que no fuera asuntos de trabajo. He estado evitando hablar sobre lo ocurrido en Duskwood con Lian y Aiden. Sobre todo con Lian. Su marido estaba involucrado en el caso de Jake y hablar con ella sobre esto hace que vuelva mi ira y no quiero que sea ella quien la reciba.
    Igualmente, hablar con Henry no está mal, es como desahogarme sin que nadie me diga si estoy haciendo algo bueno o no. No busco consejos ni apoyo. No al menos de la gente que no conoce lo que en realidad sucedió aquella noche.

    Por desgracia para mí. Estoy completamente sola.

    Me levanto despacio y al pasar por al lado del pequeño escritorio, veo el ordenador que Jake me dejó. Vacío. Hay noches en las que cojo el portátil y me quedo dormida abrazada a él. Como si eso fuera una representación de Jake.
    Llevo una mano a mi estómago, temblando. Debería parar de una vez de pensar en eso.
    Suspiro y voy a mi armario para buscar la ropa que llevaré hoy. Intento hacer el esfuerzo de estar presentable al menos, no queriendo que parezca que estoy mucho peor de lo que ya aparento en mi casa. 

    Se había convertido en costumbre en ponerme a llorar bajo el agua de la ducha, sacando todo lo que sentía por dentro tras una noche de pesadillas. Aún seguía llorando desde aquella noche y la verdad es, que no sé cuánto va a durar esto. Solo sé que tener otro conejo no va a sustituir la pérdida de Jake. No, es diferente. El dolor, la tristeza y la soledad son diferentes esta vez. Es como si me agarrasen de los brazos y no me soltasen. Clavan sus uñas y aprietan con fuerza intentando retenerme presa en mi casa. Pero pensar en Henry me hace ser responsable.
    Trato de calmarme e intentar dejar de llorar. El labio me tiembla, vuelvo a estar nerviosa.
   ―Cálmate Macie ―me digo mientras me abrazo a mí misma―, tienes que calmarte.
    Respiro tres veces profundamente, como cuando cojo el coche. Desearía borrar todo lo que ocurrió aquella noche, hacer como si nunca pasó. Que todo lo que sucedió fue simplemente un largo sueño y nunca conocí a Jake. Solamente para que doliera menos. Necesitaba que doliera un poco.

    Pero eso sería como si negase mis sentimientos por Jake. Por todo el amor que sentía hacia él. Y eso me daba miedo, pensar que mi amor por Jake fuera falso.