Capítulo 4: Dónde estás

23 7 1
                                    

El carruaje de caballos rompía el silencio de la noche mientras devolvía a su residencia a los caballeros que habían acudido a la fiesta para encontrar pareja esa noche.

Boun ya llevaba en Londres el tiempo suficiente para empezar a recibir sutiles presiones. La mayoría de los alfas que habían llegado al mismo tiempo que él ya habían contraído nupcias exitosamente.

Quería seguir esperando a Prem, pero en su corazón cada vez anidaba más el miedo a que no le hubiera seguido. Había enviado un telegrama a sus padres y otro a nombre de Prem él mismo día que llegó. Cada día iba a la oficina postal, pero nunca obtenía la respuesta deseada.

Era como si Prem hubiera desaparecido, y su corazón se sentía más desgarrado cada vez, cada día sin noticias. No podía creer que hubiera sido abandonado por ese hombre por el que estaba dando todo.

-Esta noche tampoco has bailado con nadie -la voz de Ohm, un alfa que había llegado hacía poco pero con el que había entablado una amistad, rompió el silencio.

Otros dos alfas presentes en el carruaje evitaron conversar.

-No había nadie de mi agrado.

-¿Y si ese que estás esperando nunca llega?

Boun no quería pensarlo, pero no podía evitar la realidad por más tiempo.

-Cásate con alguien -insistió Ohm - si al fin vuelves a verlo, hay maneras de anular matrimonios. Pero si no... pueden enviarte de vuelta. Ya llevas el tiempo suficiente y te han presentado a hombres y mujeres de toda clase y nadie te agrada.

Boun le miró y luego volvió su mirada al exterior. Los adoquines pavimentaban la carretera que le devolvía a la residencia de caballeros donde vivían. Algunos departamentos estaban ocupados por británicos y gente de distinta nacionalidad, pero no era en absoluto un lugar de baja categoría. Esa clase de residencias eran una solución recurrente para solteros solventes que tenían edad y dinero para irse de casa de sus padres y poder llevar también una vida más disoluta.

Cuando al fin llegó a la intimidad de su departamento y abrió los grifos de la bañera, un lujo inesperado para él por el moderno sistema de agua corriente frío y caliente, pensó en las palabras de Ohm.

-Prem... ¿dónde estás?

Prem se levantó recubierto de sudor frío. Ahogó su grito para no despertar a los dos chicos que dormían en su cuarto.

-Estoy... aquí.

Se había sentido tan real que se vio en la necesidad de responder. Estaba soñando que estaban de nuevo en su país, antes de que todo se arruinase. Y de repente la voz de Boun pero más gruesa, la voz de mando, se abrió paso en su cabeza. Dónde estás, con urgencia y exigencia.

Se abrazó las piernas. El chico más cercano a él le preguntó si estaba bien. Respondió en un murmullo que sí.

El otro dormía profundamente. Estaba en la recta final del embarazo y aunque habían aligerado sus tareas no las habían interrumpido del todo.

Prem solo estaba de unos tres o cuatro meses, ya no era capaz de calcular cuánto tiempo llevaba allí.

La casa era un lugar donde constantemente había un flujo de omegas de ambos sexos embarazados y sin recursos que recurrían a esas casas cuna, o cómo las conocían en la calle, fábricas de bebés.

A cambio de cama y comida podían alojarse allí. Se les asignaban tareas por las que se les pagaba un pequeño estipendio. Ese dinero era guardado por Prem con mucho cuidado. No quería dar en adopción a su bebé.

Cuando los niños nacían o llegaban bebés abandonados, se les cuidaba y criaba hasta que un matrimonio acaudalado pagaba una buena suma por la adopción del bebé.

Ahora necesitaba quedarse allí, pero tenía que irse y encontrar a a Boun antes de que el bebé naciera.

The Poor's Law ||BounPrem|| Omegaverse || Historical FictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora