Las semanas habían pasado con una extraña dualidad temporal. Los días se hacían lentos y largos, Prem añoraba a sus padres y a Boun y su vientre estaba cada día más hinchado, su cuerpo afanándose en la creación de una nueva vida. Alguno de los otros omegas de la casa le habían dicho que era un milagro que no hubiese perdido al bebé.
Por las noches casi siempre las conversaciones en el cuarto se referían a temas relacionados con los niños o el sexo, quejándose habitualmente de que un embarazo les condenara a vivir así cuando el alfa no tenía que rendir cuentas.
Habitualmente después de las quejas tocaba preguntar a Prem cómo se encontraba. Para dar consejos bien intencionados pero inevitablemente terminar contando historias truculentas sobre embarazos y partos en los que el omega sufría alguna calamidad, siempre aderezado con una buena cantidad de sangre.
-No digáis eso. Le estáis asustando.
Prem fingía que no le afectaba pero agradecía que el único de todos ellos que consideraba un amigo. Pero por la noche cuando todas las luces se apagaban y su organismo más necesitaba las feromonas y la cercanía de su alfa los sueños de Prem se plagaban de pesadillas. Todos los chismorreos reales o no que había oído se manifestaban en sueños hiperrealistas donde le sacaban de la casa en mitad de la noche para llevarle a una consulta de dudosa higiene, rajarle el vientre y robar al fruto de su amor con Boun sin dejarle verle siquiera. Otras veces en sus sueños una sombra que debía ser Boun, pero con rasgos poco identificables le decía que porqué le quería endosar al hijo de otro.
Otras veces soñaba que perdía al niño y se despertaba sudando tan intensamente que creía que la sangre corriendo por sus muslos era real. Hasta que no comprobaba que aquello no tenía el olor característico de la sangre no era capaz ni de moverse.
Ayudar con las tareas de la casa cuna se iba volviendo más difícil cada vez, al ritmo que su embarazo avanzaba. De una curva apenas visible a un abdomen redondeado que le dificultaba la movilidad, su cuerpo cambiaba a diario y notaba con sus dolores la ausencia del alfa.
Cada dolor le llenaba de miedo. Sabía que si sufría un aborto no solo perdería a lo que más amaba. También perdería valor a ojos de los que le mantenían con ciertos privilegios como un vaso de leche al día, una pieza de fruta fresca o hacer los trabajos más livianos.
-Somos un equipo -le susurraba una noche al bebé que pataleaba en su interior - tengo algunos planes. Encontraremos a tu otro padre. Te adorará.
Cuando ya habían pasado tres meses tuvieron que abstenerle de las labores en la zona de crianza de los bebés porque su cuerpo reaccionaba con contracciones o manchando su camisa de leche porque su cuerpo empezaba a estar listo para lo que vendría.
El bebé era grande y se movía mucho. Las últimas semanas estaba casi todo el día sentado o en cama redactando contratos para los de la agencia.
Hasta que una noche sus pesadillas cobraron una apariencia real. Se había acostado antes, porque tenía dolores. Algo le despertó. Encendió el candil en la mesita. Estaba sentado sobre unas sábanas mojadas de un líquido con un tono turbio rojizo.
El resto de sus compañeros se despertaron y Prem quería llorar. No podía ser ya. Necesitaba a Boun. Necesitaba a sus padres. Necesitaba...
Gritó cuando la siguiente contracción le partió en dos.
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The Poor's Law ||BounPrem|| Omegaverse || Historical Fiction
FanficAbandonar tu país, tu familia, promesas de reunión en un amor prohibido... Todo esto y más en un au victoriano que te hará reír y llorar