Capítulo 0- Kattleya Sokolov

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Capítulo 0

Kattleya Sokolov

La tierra se impregnó de sangre carmesí, ella inició su revancha por fin luego años de planeación. La ofensa hacia ella debía ser pagada con la vida, las cicatrices en su cuerpo le daban un diario recordatorio de hasta donde pudieron llegar, hasta donde son capaces los seres humanos de dañar a quienes deberían amar. Su víctima chilló ya sin una de sus manos, mientras suplicaba por piedad, una que jamás llegaría porque su captora era una máquina de matar. Su vida fue jodida por la mafia aun cuando no tenía la culpa de nada, la sangre de su sangre lejos de quererla o amarla le sometieron a vejámenes, a torturas y sufrimiento por una ira mal encaminada, pero no se arrepiente porque sus propias heridas sirvieron para salvar a quienes ama del mismo destino.

La mujer se paseó delante de un Sokolov, primo lejano, pero al fin y al cabo, esa sangre le corría por las venas y era suficiente para arremeter contra él como la bestia que era, le había capturado casi por fortuna pues no lo buscaba, pero él se cruzó en su camino como enviado por el diablo y no lo dudó para llévaselo con ayuda de sus propios colaboradores, Kattleya Sokolov tenía un ejército más poderoso de lo que sus enemigos creían y era en el factor sorpresa donde encontraba su mayor aliado, pero también de la mano del anonimato, pues aparecía y desaparecía a voluntad para evitar una persecución, su nueva vida, no podía ser más normal.

—¿Por qué lo haces? ¡Somos familia, maldita sea! —espetó el hombre encadenado, se encontraban en el sótano de una casa donde el frío se le colaba por los poros y la humedad daba un aroma desagradable, estaba en ropa interior, mientras ella llevaba un gran chaquetón con una bufanda a juego con sus guantes llenos de sangre.

—Llama a la Boss, si ella se cambia contigo, te dejaré ir —bufó ella dada la imposibilidad de la idea, Aleksandra Sokolov jamás daría su vida por nadie, ni siquiera lo hizo por sus propios hijos.

—Sabes que ella jamás vendrá y si lo hace será para castigarte por traidora —el gruñido causó un hachazo en su brazo hasta llegar al hueso arrancándole un alarido de dolor seguido de una hemorragia abundante—, Estás... estás loca Kattleya Sokolov.

—Jamás vuelvas a llamarme con ese apellido, aunque bueno, no tendrás oportunidad —con una risa que rozó lo desequilibrado, otro hachazo le rebano parte de su muslo dejando expuesto el músculo. Uno tras otro veía cómo su cuerpo era reducido a partes de carne sanguinolenta, en un punto no soportó el dolor y se rindió ante la crueldad de una prima inestable mentalmente, las circunstancias habían trastornado su psique inundándole con una venganza por haber dejado marcas permanentes en su cuerpo, marcas inmerecidas porque en el conflicto, nada tuvo que ver jamás en los problemas de ellos, era una niña, una pequeña a quien le habían mentido con su propio origen.

Horas después, de forma sorpresiva, despertó salpicado por todas partes, estaba mojado por el agua helada arrojada sobre él para sacarlo de la oscuridad, aunque no le quedara tiempo de vida. Kattleya le subió la cabeza con fuerza, esta vez, llevaba una gabardina roja de color intenso con la capota sobre su cabeza, mientras hablaba, al parecer sola, pero al lograr abrir los ojos se encontró con un hombre de capota negra con una cámara apuntándole.

—Sic semper tyrannis —mencionó en latín poniéndole la punta de una escopeta Remington sobre la boca—, Así siempre a los tiranos como tú, Aleksandra, eres la siguiente.

El disparo acaba con la vida del hombre en medio de una explosión de sus partes del cuello para arriba. Además, con un atizador caliente con el logotipo de su propio ejército, un cráneo humano con una espada clavada y la frase bajo este dentro de un círculo. La piel se chamusca ante el contacto hirviente del metal recién sacado del fuego encendido en un cubo de metal junto al cuerpo para esos fines, una vez marcado pareció el castigo de la purga de la iglesia católica con científicos e ilustrados discordantes con sus predicas sobre la realidad del mundo, les marcaban con el símbolo de la cruz en el pecho, ahora ella hará la purga de los Sokolov

Una cruzada ha empezado, será vida o muerte, no hay tonos medios, la sevicia, el dolo, la intención macabra de matar son las protagonistas como una canción envolvente hacia la locura de la muerte inevitable, en su nueva obra de teatro donde habrá títeres, espadas y asesinatos a sus manos porque ella es el vértice.

Su maldita estirpe la formó en maldad, y ahora ellos mismos serán víctimas de sus manos.

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SEÑORÍO: DP #1©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora