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Lisa le había rogado a sus madres durante todo el día para que la dejaran dormir en la casita de Jennie.
Lisa estaba radiante de emoción cuando finalmente logró que sus madres le dieran permiso para dormir en la casita de Jennie.
Corrió hacia Moonbyul y se aferró a su pierna, implorando con ojitos brillantes y una sonrisa encantadora. Luego, sin perder tiempo, se apresuró hacia Yongsun para repetir su súplica con aún más entusiasmo. Sus madres, incapaces de resistirse a la adorable insistencia de su hija, no pudieron negarle su deseo y finalmente accedieron.
—Está bien, cariño—permitió Yongsun torciendo los ojos con una sonrisa—. Ve a empacar tus cosas, yo estoy ocupada entonces mamá Moonbyul te va a llevar—ordenó Yongsun con voz suave, le dió dos pequeñas palmaditas en el costado del muslo y Lisa se colgó de su cuello para abrazarla.
—¡Gracias, mami!—chilló Lisa emocionada, bajándose del regazo de su mamá y salir disparada a su habitación a ordenar sus cosas en su mochila de patito.
Empacó una pijama color azul de pollitos, un cepillo de dientes con diseño de patitos también, Panqueque; su peluche de perro favorito y prácticamente todo lo que llevaba eran juguetes.
Una vez que tuvo todo listo, Lisa salió corriendo de su habitación y se encontró con Moonbyul, quien la esperaba pacientemente en la sala.
—¿Lista para irte, cariño? —preguntó Moonbyul con una sonrisa.
Lisa asintió emocionada, con la mochila de patito balanceándose en su espalda.
—¡Sí, mami! —exclamó Lisa, con los ojos brillantes de emoción—. ¡Estoy lista para mi pijamada en la casita de Jennie!
Moonbyul le devolvió la sonrisa y extendió sus brazos para que Lisa se acercara. La niña corrió hacia ella y se abrazaron con cariño. Le dió la mano a su hija y ambas fueron hasta el auto, Lisa se sentó en el asiento de atrás, cantando alguna canción infantil que conocía mientras Moonbyul conducía.
El viaje hacia la casita de Jennie fue emocionante para Lisa. Miraba por la ventana, observando el paisaje pasar mientras tarareaba canciones infantiles. Estaba ansiosa por llegar y comenzar su aventura de pijamada con su amiguita.
Después de un corto viaje, llegaron a la casa de Jennie. Lisa apenas podía contener su emoción mientras Moonbyul estacionaba el auto. Saltó del asiento trasero y corrió hacia la puerta de la casa de su amiga, con la mochila de patito todavía balanceándose en su espalda.
Moonbyul la tomó por las axilas para elevarla y que Lisa tocase el timbre. La puerta fue abierta por Seokjin, uno de los padres de Jennie. Probablemente Namjoon estaba en su estudio.
—¡Hola, Seokjin ajussi!—saludó Lisa con una sonrisa grande que le achicaba los ojos.
Seokjin sonrió ampliamente al ver a Lisa y le devolvió el saludo con calidez.
