Sálvame. [HuskerDust]

5

Husker llegó a los pocos minutos con el encargo del rubio, ahora ambos estaban sentados uno al lado del otro mientras que el menor reproducía una suave melodía en su móvil. Viéndose fijamente mientras que el silencio los envolvía. Pero, algo sucedía y eso era algo que no podían dejar pasar, al menos no Anthony; él podía sentir el leve ajetreo en el aura del mayor. ¿Por qué era esto? Pues es fácil decirlo y de suponer que algo sucede, cuando se hace lo necesario para evitar el contacto visual... El leve temblor en su alma, algo parecido a un miedo de ser abandonado; de ser olvidado o quizás... ¿Sólo son sus miedos saliendo por los poros de su piel? Ah... No seas ridículo, Anthony. Se enderezó cuando el otro soltó un suspiro pesado.

— ¿Recuerdas la primera vez que salimos a tomar un café?

El rubio alzó las cejas. ¿A qué se debía eso tan repentino?

— Lo hago, fue hace dos semanas. ¿No? — sonrió con burla — ¿Ya te falla la memoria, Husky?

Una pequeña sonrisa burlona se apoderó del rostro del mayor al mismo tiempo que negaba.

— Ja, quisieras mocoso.

— No soy un mocoso... — hizo un puchero.

Husk lo miraba beber tranquilamente de la soda, oyendo como la canción llegaba a su fin.

El mayor carraspeo al mismo tiempo en que sacaba un pequeño broche de araña y se lo daba de forma silenciosa...

— ¿Quieres saber porque lo mencionó? — lo miraba de reojo.

La pequeña sonrisa que surcó los labios del menor lo hizo sentir bien, dando forma a lo que sentía desde hace ya varios días. La sonrisa desapareció cuando el menor asintió.

— Bueno... ¿La vez que fuimos al parque? — volvió a decir.

— ¿Cuando te quite el helado porque el mío se había caído? — reía mientras se tambaleaba de un lado a otro.

Husk negó, riendo con molestia fingida.

— Eres un malcriado. — rió.

— Me has malcriado, yo no era así. — se defendió.

Husk lo miró en silencio con una sonrisa, viendo como el menor se removía inquieto en su lugar.

— ¿Puedes decirme qué es lo que vas a decir?

— ...

Husk guardó silencio por unos minutos más.

— Debemos dejar de hablarnos. — dijo de golpe, sin ver al rubio.

Pensar que podría salir mal es el punto inicial para que todo se vaya a la chingada desde el pensamiento. ¿No? Él debió haberlo pensado, sabiendo que el universo tiene de enemigo a la felicidad y a los buenos tiempos donde solo hay pura paz y tranquilidad. Anthony D'Angelo sabe mejor que nadie que eso puede pasar, estaba tan acostumbrado a eso que se le había olvidado que todo podría joderse en un abrir y cerrar de ojos.

— ¿Es en serio? — preguntó, dando un paso atrás.

El mayor, el mismo que llevaba de pie delante de él desde hace media hora soltó un suspiro pesado.

— Ángel, escucha, nosotros no tenemos ese tipo de "relación" así que no actúes como si estuviéramos terminando algo que ni siquiera tuvo oportunidad de ser...

El menor abrió los ojos al mismo tiempo en que lo miraba con un deje de tristeza.

— Puede qué para tí esto sea una tontería...

— Y lo es.

Hubo silencio y ambos se vieron en silencio.

— ¿Por qué? ¿Por algo tan estúpido como el trabajo?