8

231 17 2
                                    

Balazos, sangre y cuerpos.

Esas tres palabras describen a la perfección el estado del establecimiento ahora mismo. Hace no más de media hora, había llegado un invitado no planeado a la fiesta que había sido organizada especialmente para la despedida del actor porno clandestino más famoso, amado y querido de todos los viejitos-toma-viagra que le enviaban dinero e incluso, a veces, regalos caros que su jefe terminaba quedándose. Y este no es el tema principal ahora, había un rubio en medio de todo ese desastre de cuerpos y sangre en el suelo. Y si, ese es nuestro querido Anthony D'Angelo, el famoso niño estrella porno que es amado por todos esos arrugados besa tumbas. ¡Y estaba bañado en ella mientras intentaba arrastrarse hasta la ubicación del héroe sin capa pero que tenía capa! ¡No! Que digo capa... ¡Un AK!

Husk intentaba acercarse, pero las balas no lo dejaban ir como le gustaría. ¡Especialmente porque su chico mimado estaba sollozando del temor! Estaba que explotaba de la ira que sentía, pero, antes que explotar de la ira, va hacer que le explote la cabeza por un balazo suyo. De algo tenía que servirle trabajar como ayudante de un asesino por tres largos años, sino más. Su puntería es buena, y eso es por la práctica de años.

— ¡Hijo de puta!

Oyó el grito de quien supuso era Valentino.

Así se su vista se dirigió a ese lugar. Encontrando a su niño mimado en las garras moradas saca ojos del tipo, el mismo que sonreía mientras aguantaba las ganas de gritar (ya que el menor le estaba dando patadas en el pies para que ya lo soltará y se fuera con su salvador).

— ¡Ángel! — exclamó mientras disparaba al otro.

El menor lo miró con desesperación mientras corría, luego de que Valentino lo soltará ya que había sido herido en el hombro por un disparo de Husk.

— ¡Husky! — grito asustado.

El mayor lo recibió con los brazos abiertos, viendo que ya estaba bien se permitió respirar aliviado.

— ¡No corras en medio de un intercambio de balazos, menso!

Husk se agachó, abrazando a Ángel mientras se escondían detrás de un pilar de cemento. Viendo cómo un tipo de pelo rojo aparecía con otros dos a sus espaldas, viendo con una gran sonrisa el desastre que había en el suelo.

Pero claro... A Husk no le agradó verlo ahí para nada, y eso se debe a que no le había dicho a nadie de a dónde iría.

— ¿¡Qué haces aquí, Blitzø!? ¿¡Por qué tú y tu mugroso IMP vinieron al territorio Morningstar!? — lo apuntaba con la punta del arma.

El de pelo rojo bufó, apuntando también al otro mientras que sus dos compañeros disparaban a lo desgraciado, y con eso derrumban a un par más para que los demás se estuvieran tranquilamente hablando.

— ¡¿Mugroso?! Jodete, borracho de mierda. Mi IMP es la jodida élite, y que tú estúpido jefe nos haya pedido ayuda mientras lo incompetente que eres. — se burló.

Husk abrazo con fuerza a Ángel, viendo cómo un castaño se asomaba a espaldas del pelirrojo mientras era seguido de una niña de doce años con una sonrisa escalofriante.

Tembló cuando sus ojos hicieron contacto con los del otro.

— ¿Oh? ¿No es mi querido Husk?

— ¿Rollo de canela? — Anthony D'Angelo se enderezó al ver al hombre elegante de sonrisa satánica.

Alastor, jefe de Husk. Arqueó una ceja al ser llamado con un apodo bastante... Inapropiado para su persona, pero no dijo nada ya que andaba ahí por razones de trabajo.

Sálvame. [HuskerDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora