Capitulo 24

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Estoy dispuesta a conocer la verdad por más dolorosa que sea, necesito tener respuestas a todas esas preguntas que no me dejan en paz por la noche.

Avanzo por la estación de policía hasta donde se encuentra el oficial de policía, este me indica una oficina para que pueda reunirme en privado con él, se sienta en su escritorio y me pide que tome asiento en la silla de enfrente.

—Quiero que sepa algo señora Karagiannis, el caso se cerró hace mucho por falta de pruebas, si usted desea podemos reactivar la investigación.

—Necesito saber lo que hay en ese expediente primero oficial.

Las manos me tiemblan al momento en el que él toma la carpeta en sus manos.

—Bien —abre la carpeta y pasa hoja por hoja—. Primero se manejó la hipótesis de que había sido un accidente provocado por un conductor imprudente, sin embargo eso se descartó luego de que se hizo un análisis y se tomaron algunas pruebas al auto que su padre manejaba esa noche, tenía dos orificios de bala en la parte de la puerta del conductor —extiende la hoja en la que está la fotografía marcada con un circulo.

Me quedo en silencio al ver aquello.

—Una de las balas le dio directo en el pecho a su padre, la otra por poco acaba con usted, la encontraron incrustada en el asiento trasero.

—Hay muchas cosas que no recuerdo de esa noche —aprieto los ojos.

—es posible que sus recuerdos se hayan bloqueado producto del trauma —dice él.

—Es lo que mi psicólogo me dijo.

—Ahora quiero preguntarle una cosa, sé que para aquellas fechas era tan solo una niña, pero ¿recuerda saber si su padre estaba vinculado con algún negocio que no fuera al que acostumbrado a tratar?

—¿A qué se refiere?

—Negocios vinculados quizás con el crimen organizado.

—No, nunca supe acerca de ello y no creo que mi padre estuviera vinculado a tal cosa, él era un hombre muy reconocido en sus negocios. Cerraba tratos con personas muy importantes de Italia, tenía socios mayoritarios, nunca se vincularía a algo ilegal que nos pusiera en riesgo a mi madre y a mí —la pregunta me ofende muchísimo, para papá lo más importante en el mundo éramos mi madre y yo.

—Bien, suponiendo que esto es verdad, hubieron dos autos más involucrados esa noche —saca otra fotografía y la extiende sobre la mesa—. Uno el del que hizo los disparos y otro en el que presumimos iba otra persona. Encontramos frenadas de llantas y varias vainillas de balas en la carretera, por lo menos se hicieron unos ocho disparos.

Tomo la fotografía en la mano y no puedo creer todo lo que me está diciendo ese hombre, es como si viviese en una mentira estos años. Empiezo a dudar de todo.

—Los oficiales de policía tomaron esa noche la declaración de un par de testigos que se aseguraron ver a tres hombres, uno al parecer estaba muerto, los otros dos estaban vestidos completamente de negro y parecían ser los asesinos. Sin embargo nunca se encontró pistas que nos llevarán al paradero de ambos autos —el oficial sigue rebuscando entre la carpeta y extiende otra fotografía más—. Este fue el hombre asesinado esa noche, su nombre era Leonel Soracco, un contrabandista que le servía a unos criminales de Milán, para ser precisos la mafia, presumimos que fue asesinado por ajuste de cuentas.

Trago en seco.

—Tengo entendido que según reporte un hombre la saco a usted del auto de sus padres y la puso a salvo, y luego desapareció, los testigos aseguraron que coincidía a la perfección con las descripciones de uno de los hombres que vieron en la carretera, ¿puede decirme si esa versión es cierta señora Karagiannis?

Guardián Oscuro (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora