Ella

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Rosalie POV

Allí estaba ella. La belleza etérea ni siquiera la explicaría. Exquisita. Encarnación de todo lo que Rosalie quería y necesitaba.

Estaba acurrucada en la cama hecha un ovillo, Rosalie aún podía oler el plomo del lápiz en sus delicados dedos. El aroma de su piel. El ritmo de los latidos de su corazón en el pecho. Podía distinguir hasta el más mínimo detalle de su compañera desde su lugar en la rama. Un gruñido vibró en su pecho. El mío

Rosalie sabía de la llegada de Bella mucho antes de que el padre de Bella lo supiera.

Alice, la hermana de Rosalie, tiene visiones. Predicciones del futuro.

Le advirtió a Rosalie que finalmente, después de siglos de estar sola, encontraría a su pareja. Su único.

Ella había hecho los preparativos. Había encargado la mejor cama que el dinero pudiera comprar para su habitación, los vampiros nunca dormían pero Rosalie quería que su compañera estuviera cómoda cuando finalmente durmiera a su lado. Compró ropa, artículos sanitarios y cualquier cosa que una adolescente pudiera desear. A su compañera no le faltaría de nada. Ella siempre proveería a su Bella.

El sol empezaba a salir y Rosalie sabía que su tiempo admirando a su pequeña estaba llegando a su fin, estaba a punto de irse pero no sin antes entrar en la habitación de su compañera y acercarse a su forma dormida, agachándose y presionando un suave beso en su cálida y sonrosada mejilla. Aspiró el aroma de su compañera y un ronroneo retumbó en su interior.

Y al segundo siguiente ya no estaba.

Estaba llevando su control al límite.

Bella POV

Bella se despertó con un olor a vainilla, sándalo y un ligero dulzor que no podía precisar. Inspiró hondo y se sonrojó profusamente cuando sus partes inferiores y delanteras se contrajeron.

¿Qué le pasaba?

7:15 am

Mierda.

Llegaba tarde, aún no se había duchado ni desayunado.

Vistiéndose ,saltándose la ducha. Se cepilló los dientes y corrió escaleras abajo y agarró una barra de granola. Papá la esperaba en la puerta.

"Bells, ¿estás segura de que quieres caminar? Está bastante lejos. No me importa llevarte, niña". Dijo papá mientras se alisaba el uniforme.

"Te lo aseguro papá, yo caminaba a la escuela todos los días allá en Arizona. Disfruto del paseo". Dije sonriéndole a papá mientras entraba por la puerta. Lo abracé y seguí mi camino.

Llevaba unos 5 minutos caminando cuando oí que un coche se paraba a mi lado. Como el peligro de los extraños estaba en pleno apogeo, di un paso atrás. Debí de parecer un ciervo sorprendido por los faros, no es un juego de palabras.

"Hola, tú debes de ser Bella Swan, yo soy Rosalie Hale. Yo también soy estudiante del instituto Forks. Quieres que te lleve?"

La criatura más hermosa que había visto en mi vida se bajó del asiento del conductor, se acercó al lado del pasajero y me abrió la puerta. Decir que me quedé boquiabierto sería quedarse muy corto. Era medio metro más alta que yo, rubia y con unos ojos dorados extrañamente familiares. Un cuerpo para morirse.

Sin darme cuenta Bella se había metido en el espacio de Rosalie,no es que a ella pareciera importarle,de hecho parecía sonreír con satisfacción.

"Eh, sí, eh. Quiero decir sí por favor. Gracias."

Por qué me estaba subiendo a un auto con una completa extraña. No tenía ni idea pero sentía que nunca me haría daño ni ella ni a su alrededor. Mi cara ardía de humillación ante mis pensamientos. Era un cachorro enfermo de amor.

Me puso la mano en la espalda, me guió hasta el coche y me puso el cinturon de seguridad. Jadeé en silencio cuando vi lo cerca que estaba de mí. Podía olerla... era un olor tan familiar.

Estaba en el asiento del conductor antes de que pudiera parpadear y pensé que tal vez había soñado todo aquel momento. Se volvió hacia mí y sonrió.

"Llegaremos en unos 7 minutos ,amor".

Me sonrojé ante el cariñoso gesto. Apreté los muslos. Juraría que vi sus ojos ennegrecerse, pero debió ser la luz.

Sus manos se apretaron contra el volante mientras se concentraba en la carretera.

"¿Te gustaría cenar conmigo?" Soltó de la nada.

Me volví hacia ella, la sorpresa debió de reflejarse en mi cara, pero ella esperaba una respuesta. Me sonrojé de nuevo y otra vez se me apretó la barriga. Que me estaba pasando.

Se volvió completamente hacia mí y supe a ciencia cierta que sus sí eran negros.

Sin pensarlo, puse mi mano en su muslo esperando que eso ayudara a cualquier dilema que le estuviera pasando.

"Bella Swan, si no mueves tu mano, ambas llegaremos tarde a la escuela y dudo que quieras eso... ¿o sí señorita Swan?


Haces arder el bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora