09- Smoke Fiction

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⚠️ Advertencia: Lenguaje violento y presencia de objetos ilícitos⚠️

Sabo se autoproclamó huérfano. Venía de una familia adinerada que mantenía contactos estrechos con la realeza británica. Sin embargo, era un auténtico estrés. Que si había que hacerlo así, que si esto no estaba bien…

Ahora era un joven que establecía tratos comerciales para mantener a sus hermanos a los que apreciaba. Se trataba de una organización ajena al Gobierno que ayudar a los que no recibieron justicia. Justo ahora acababa de terminar un informe. Estaba agotado. De pronto, una taza de té apareció. — Deberías tomarte las cosas con más calma, Sabo.

— Gracias Koala…

La chica sonrió. — Vamos, el jefe quiere hablar contigo.

Sabo se levantó y dejó su chaqueta en la silla. Cuando fue adoptado, Dragon vio a un chico con un talento especial oculto. El rubio destacó sobre todo en historia y literatura, aparte de una perceptible elegancia en tocar el violín. Aparte de su lengua nativa, habla español, francés, italiano y alemán.

Koala le puso la mano en el hombro cuando estuvieron frente a la puerta del despacho de Dragon. — Tranquilo, seguro que no es para echarte la bronca. A no ser que hayas hecho algo…impropio de ti.

— No he hecho nada.

— Pues deja de fruncir el ceño. Eres más lindo cuando sonríes.

Sabo refunfuñó. Respiró hondo y dio tres golpes a la puerta. — Adelante.

El rubio sólo asomó la cabeza. — ¿Me buscaba, señor?

— Pasa chico.

Sabo se sentó en una de las sillas que había frente al escritorio. — Estoy preocupado, Sabo. He visto ciertos informes en tu habitación.

El rubio se tensó. — Quiero que entiendas los riesgos de investigar a esa gente. Son capaces de todo por ocultar sus trapos sucios.

— Soy consciente de ello. Intento borrar mi rastro en la red tras cada búsqueda.

Dragon suspiró. — ¿Cómo está mi hijo?

— Igual de revoltoso que siempre. Muy glotón también, pero sigue siendo un buen chico.

El hombre sonrió y fijó su mirada en una foto de su escritorio. — Es igual a su madre… en fin, lamento haberte hecho llamar para tan poca cosa. Puedes tomarte el resto del día libre.

— Gracias.

Sabo recogió sus cosas y salió del edificio donde trabajaba. En las vísperas de inicio de junio, el sol castigaba sin piedad a los trabajadores. Sabo no tenía ganas de irse a casa a cocinar, así que decidió pasarse por el Baratie. — ¿Hola?

— Oh Sabo, que sorpresa, ¿vienes a comer?

— En realidad…esperaba hablar contigo…

Sanji paró un momento. — Cuando alguien me dice eso es para hablarme de sus problemas con una copa de vino en la mano.

Silencio. — Mierda, lo siento. Últimamente estoy muy estresado, mis hermanos son un dolor de cabeza.

— Precisamente quería preguntarte sobre ellos.

— Lo haría encantado, pero estamos muy liados el resto de la tarde.

Sabo miró a su alrededor. — Pero si está vacío…

— Lo está ahora. Pero verás por la noche, porque resulta que han hecho reservas para cenas de empresa y estamos hasta arriba.

— Entiendo…

Sabores del corazón (ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora