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La recepción de la boda fue muy agitada, ahora se encontraba con su padre y los amigos de este. Todos rien  al escuchar anécdotas del padre de Bradley, hasta que la atención de los señores fue hacia él, que se siente  indefenso ante la mirada atenta de los hombres que lo analizan.

— Cuéntanos Bradley, ¿Cómo fueron tus años en la universidad? — pregunta uno con cierta malicia.

— Nuestros hijos nos dijeron un par de cosas pero queremos oírlo de ti, muchacho. — añade otro.

— Estimados señores. Yo, como todo joven, no estaba experimentado en la vida como ustedes. — responde el castaño con una clara e incómoda educación. — Cometí errores, pero lo importante es que aprendí de ellos y mi padre puede ser testigo de mi actuar. — termina mirando a su padre, quién sonríe satisfecho.

— Es verdad, este joven demuestra ser un verdadero orgullo para la familia Cremanata. — El padre del castaño palmea suavemente su espalda. — Él solo demostró ser un verdadero hijo mío.

Bradley mira a su padre incómodo de las serias palabras que dijo. El castaño sabe que él solo no había podido salir del agujero por donde lo tiraron. El Bradley que es ahora no era otra cosa que la invención del chico más irritante y fascinante que había conocido.

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(Hace 4 años)

No sabe cómo pero, desde esa noche en la lavandería, el irritante Max no lo dejaba solo. Recuerda que, al día siguiente en una de sus clases compartidas, se sentó a su lado. Luego, lo esperó después de su última clase y lo acompañó a los dormitorios. Después, lo buscaba en el almuerzo para comer juntos con sus otros dos amigos. En este punto, Cremanata decidió regresar a su dormitorio y comer en paz. No pasó mucho para que Max lo descubriera y comieran en SU dormitorio. Ahora, quiere volver a esa tranquilidad que le brindaba su hogar y no estar rodeado del ruidoso trío que le ganó.

— Bob aléjate apestas a queso. — pidió PJ a su amigo que agitaba su cara para dejar caer el queso.

— ¡No, caerá en la cama! — Gritó Cremanata al verlos jugar encima de sus sábanas nuevas.

— Hey! Bajen de ahí. — ordena Max, los otros se bajan de a cama, pero siguen en sus peleas.

Bradley mira a Max con condescendencia, casi como si le agradeciera, pero ellos estaban encima de su cama por su culpa así que no.

— Lo siento, Brad. — pide PJ en nombre de los dos, Bobby tiene la boca llena de queso como para decir una palabra, pero asiente.

El castaño contiene la respiración y Max no puede evitar reírse de la situación, esto saca de sus casillas a Brad quien restriega la cara con su palma. Ese grupo pone su paciencia al limite y cada día se siguen superando.

— No sé por qué los dejo entrar. — susurra volviendo a comer.

— Por qué somos amigos. — suelta Bobby con su clásico tono de voz.

— Y somos lo único que tienes. — bromea Max pasándole una botella de agua, ya que sabía que el castaño no toma bebidas artificiales.

Cremanata mira la botella y recuerda que, al inicio, tanto PJ como Bobby no paraban de ofrecerle esas horribles cosas azucaradas. Sin embargo, Max entendió rápidamente que no quería, como si buscará hacerlo sentir cómodo. El castaño sonrió verdaderamente antes de ver al reloj y empezar a comer como loco.

— No tan rápido, te puedes ahogar. — advirtió PJ preocupado.

— Trabajo. — responde con esfuerzo mientras se levanta y corre por sus cosas.

𝙶𝚘𝚘𝚍 𝙻𝚞𝚌𝚔! 𝙱𝚊𝚋𝚢~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora