Capítulo 1 Rompecabezas.

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Sonó la alarma a las 5:00 a.m., despertó al instante, se dio una ducha fría, lavó sus dientes, se preparó con la ropa que había elegido la noche anterior, tomó su almuerzo y salió de su departamento a las 6:15 a.m. , esa era la rutina diaria que Naruto hacía de lunes a viernes.

Al cerrar la puerta con llave, pudo escuchar como la puerta del vecino de enfrente se abría, respiró hondo y se giro para saludarlo -¡Buenos días!- 

El hombre de enfrente, llevaba una bolsa de basura en su mano izquierda, lo miró en cuanto escucho su voz, alzó la mano -Buen día- respondió y camino hacia el bote de basura sobre la banqueta, Naruto también camino con el, dirigiéndose a su auto, mientras habría la puerta, pudo ver que su vecino, se quedó parado, observando un detalle en su bote, como analizándolo, no le dio mucha importancia, entro a su auto y antes de cerrar le deseo un buen día, el hombre lo miró y acto seguido se giró para volver a su departamento. 

Hace 3 semanas que el se mudó en frente, vivían en un complejo de departamentos de 2 y 3 pisos, departamentos pequeños pero cómodos en una zona céntrica,  el rubio, en cuanto vio a ese hombre alto, de piel pálida y cabello azabache, quedó flechado, tenía una cara delicada y un cuerpo esbelto, sin falta, por la mañana lo veía sacar la basura, pero en fin de semana le costaba trabajo encontrárselo, y desde el primer momento en que lo miró, hubo algo en aquella mirada de ojos negros que lo hipnotizó.
Quería entablar una conversación larga con el para así admirarlo durante mas tiempo, quizá ser vecinos allegados, de esos que se pedían cualquier cosa que necesitaban, incluso compartir una bebida cuando el día había sido pésimo, poco a poco volverse íntimos y si el se lo permitía, tener algún desliz ocasional, pero era difícil saber si sus intereses eran como los suyos...

Naruto tenía 33 años, trabajaba como maestro en el colegio Konoha, fundado por su abuelo Jiraiya, quien había fallecido hace 5 años, su padre, Namikaze Minato, era el nuevo director del colegio y el rubio, tenía como meta volverse director del mismo, siempre había sido su sueño, desde que de pequeño observaba a su abuelo en aquella amplia oficina con tapiz rojo, detrás del escritorio, se sentía orgulloso de ver a su abuelo.

Se dedicaba a dar clases de varias asignaturas, tenía 2 grupos a cargo, el grupo de 3er año y el de 6to año, el nuevo semestre pintaba para ser muy productivo, en general, se sentía muy feliz, tenía un trabajo que disfrutaba, sus padres, sus amigos de toda la vida, un sueño y un hogar, lo único en lo que aún no se sentía del todo satisfecho, era en su ámbito romántico.

Para comenzar, el era gay, desde muy pequeño lo supo, conforme fue creciendo tuvo varias parejas pero nunca pudo formalizar con ninguno, ahora, a pesar de centrarse en el trabajo, aparecía alguien, sin embargo a pocas semanas, seguía siendo un total misterio.

El día siguió como de costumbre, volvió  a casa pasadas las 3, se preparaba para ir al gimnasio y ejercitarse un poco y cuando estaba por salir de casa, pudo escuchar la puerta del vecino, "¡Que suerte!" pensó Naruto, podría verlo dos veces el día de hoy, y entonces al abrir la puerta, pudo ver como uno de sus alumnos de 3er año salía del departamento de enfrente, "¿Satoshi?" definitivamente era el, no podía confundirlo ya que en primer lugar, aun tenía puesto el uniforme de Konoha y en segundo lugar, esos enormes ojos verdes eran inconfundibles, algo dentro de el se detuvo, como si las piezas de lo que comenzaba a imaginar se unieran de una sola vez.

Acto seguido, el hombre de sus sueños salía detrás del niño -Oi, no tienes que correr, ve despacio-

- !Es que ya tengo hambre papá!- le respondió el enérgico niño.

Fue entonces, cuando aquel joven padre de ojos negros, se percato de la presencia del rubio, que observaba desde el umbral de la puerta, ambos se quedaron callados, - Am- fue lo único que el moreno consiguió articular.

-¿Eh? Maestro, ¿Vive en frente de la casa de mi papá?- dijo el pequeño muy sorprendido.

-¿Que sucede?- se asomó por la puerta una hermosa mujer de cabellos rosas y ojos preciosos y brillantes como el jazmín, iguales a los de Satoshi.

Naruto entonces, cayó en cuenta, que aquel hombre frente a el, definitiva e indiscutiblemente, jamás le aceptaría un "Desliz" en la vida, era todo un hombre de familia con una esposa envidiable y un precioso hijo, esperen, una más, una pequeña más apareció en medio de aquella escena, una preciosa jovencita de cabello largo fucsia y ojos tan penetrantes y oscuros, como los de su padre.




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