Uno, Bodyguard [MeenBabe]

Capitulo 22: La Perdí a Ella Y a Mi También

"¡No! ¡No! ¡No! ¡No!"

Sus extremidades estaban inmovilizadas por un par de brazos, su cintura también, e incluso entonces pudo moverse ligeramente con el único impulso de salvar a la mujer que estaba siendo secuestrada en ese auto por miembros de Fogcity. Todavía podía distinguir la cabeza castaña de la médico a pocos metros de desaparecer del estacionamiento subterráneo, hasta que escuchó un estruendo y el cristal trasero del auto se tiñó de rojo, la sangre cubrió la mayor parte de la ventana trasera. Meena sintió que sus piernas se rendían, temblaban fuertemente y, sin embargo, eso solo contribuyó a fortalecer su cuerpo y su voluntad.

Sintió que su garganta se desgarraba mientras lloraba más fuerte, más con cada segundo que pasaba, su voz superaba cada sonido en el sótano. Kris y Jongin le tomaron de los brazos mientras Tia intentaba detenerla por la cintura, pero la fuerza de Meena mientras avanzaba en una descarga de adrenalina era imposible de controlar, y su amiga apenas logró mantenerla en su lugar cuando sintió el movimiento violento del cuerpo tratando de alejarla.

"¡Meena ! ¡Detente!"

"¡No sirve de nada, Tia! ¡Vamos a arrastrarla adentro!" Kris habló, tratando de subirla por el brazo por el ascensor, pero Meena volvió la cara hacia él y tomó impulso, su frente golpeó con enojo a su antiguo compañero de cuarto y lo hizo retraer su agarre. "¡Mierda-! ¡Meena!" Kris gritó cuando se tocó la frente, le hizo un pequeño corte sangrante sobre su ceja con su fuerza.

"¡Déjame ir!"

"¡No lograrás nada!"

Tia fue la siguiente en enfrentar su ira, cuando Meena le dio una patada en la pierna y la hizo caer al piso de concreto con un ruido sordo. Meena finalmente se liberó del agarre de Jongin y salió corriendo en la dirección en que desapareció el auto. No escuchó cuando el elevador se abrió nuevamente y tres policías acudieron en su ayuda. O más bien para ayudar a Jongin y compañía. "¡Deténganla!" gritó, y dos de los policías junto con Kris corrieron hacia ella, haciéndola caer al suelo mientras la inmovilizaban y el otro policía la estaba esposando de las muñecas detrás de su espalda.

"¡No! ¡Suéltame! ¡Maldita sea!"

"¡Meena, deja de gritar!"

Su superior llegó a su lado, deteniéndose justo frente a ella para mirar con reproche sus profundos ojos color. Sin embargo, Meena no respondió de la misma manera y siguió gritando, casi con un gruñido peligroso. Estaba enojada, furiosa, sentía una tremenda impotencia y un deseo de matar sin igual. Y algo dentro de ella se hizo añicos. Tristeza, pena, melancolía, una mezcla de todo lo que la hacía sentir inútil, miserable y un fracaso total. Sus gritos se convirtieron en un grito, un grito y un gemido que la dejó llorando y su cuerpo flácido contra el suelo. Ella no pudo soportarlo más. Estar desconsolada era decir muy poco, porque le dolía todo el cuerpo.

Fue arrastrada de regreso al hospital a la sala de emergencias, su pierna tuvo que ser tratada de inmediato por la herida de bala que recibió hace solo unos minutos y eso, aunque ni siquiera debería poder caminar cómodamente el dolor en su muslo no era comparable al dolor de perder a Aoom. Literalmente, Kris y un oficial de policía la arrastraron a la sala de emergencias ya que se negó a moverse. Sus pies se arrastraron sobre las brillantes baldosas del piso y un rastro de sangre y lágrimas fue todo lo que dejó en el pasillo del hospital. Su cabello cayó frente a su cara mientras su cabeza colgaba baja y seguía llorando.

Y había pasado tanto tiempo desde que ella se había sentido así. Fue aterrador, porque ella sabía lo que vendría después.

Jongin se quedó un poco atrasado hablando por teléfono, si permanecía en silencio, podía escuchar fácilmente de qué estaba hablando, pero sus sollozos eran muy penetrantes e incluso otros miembros médicos detuvieron su trabajo para averiguar qué estaba sucediendo. Definitivamente ver a la guardaespaldas de la reconocida Dra. Aoom Thaweeporn siendo arrastrada con una pierna sangrando profusamente no era una buena señal. Meena ya estaba en la cama de operaciones y un equipo médico estaba listo para extraer la bala. Sus pantalones negros estaban rasgados, revelando la sección de carne donde fue atravesada.