Capítulo Nueve.

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Tristán me miró con unos ojos fríos, como si dijera con ellos 'Esto no te incumbe'. Luego de eso, simplemente se fue molesto. Sin decir ninguna palabra.

—¡Oye! ¡Tristán! ¡Vuelve ya no eres un adolescente para actuar de esa manera!— Grité con todas mis fuerzas, pero era inútil. El inmaduro de Tristán se había ido.

—¡Ese niño estúpido!— dije molesta, pensando en voz alta sin percatarme de la presencia de Caled y Sophia.

—¿Emm? ¿Disculpe? ¿Usted es...?— dijo una voz dulce detrás de mí. Era Sophia, una hermosa mujer de cabellera rubia ondulada, de ojos azules y cuerpo delicado. Podía sentir a mis oídos derretirse por la dulzura de su voz. —¡Ahh! ¡Es tan delicada!— pensé casi derritiéndome por el efecto de la protagonista femenina.

Mis ojos se hipnotizaron por el hermoso rostro de Sophia, unas facciones delicadas y unos hermosos labios rosados. —¡Es hermosa!, aunque... por parte de autor. Un poco estereotipada— pensé con un poco de indignación y admiración por el bello ángel que tenía enfrente.

—Oh, hola, yo soy Evangeline Draven. Disculpen a Tristán, por favor. Trataré de que no vuelva a ocurrir —dije fingiendo lástima. Después de todo, era demasiado deprimente que su propia prometida se disculpara por la infidelidad de su prometido.

Miré el hermoso rostro de Sophia, esperando escuchar su voz tranquilizadora. Pero por unos segundos, sus ojos me miraron de arriba a abajo despectivamente. Quizás por mi atuendo fuera de lugar según la sociedad. Parpadeé y me convencí de que solo había observado mal, fue un movimiento muy rápido. Pero antes de pensarlo mejor, Sophia finalmente habló.

—Ah, querida. No tienes que disculparte en nombre de Tristán, estoy segura de que pronto reflexionará sobre sus acciones— dijo con una dulce sonrisa tranquilizadora. Que de alguna manera no me tranquilizó para nada.

— ¿Eh?, ah, sí está bien. Estoy segura de que lo hará —asentí rápidamente de manera incómoda.

— ¡Mm! ¡Jum! Estoy segura de eso, ¡ten un buen día, Eva!—;dijo Sophia despidiéndose rápidamente de mí.

—Hasta luego, Señorita Draven— asintió Caled, mirándome con sus hermosos ojos amarillos de una manera indiferente.

—Ah, sí, sí. Hasta luego, tengan un buen viaje— asentí confusa por todo este sentimiento incómodo.

¡Soy la Dama Extraña que se quedó con el Héroe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora