Capitulo Doce: Yo me opongo.

2 0 0
                                    


Dejaría que el mundo arda por ti

Así es como siempre tenía que terminar

Si no puedo tenerte, entonces nadie puede

Dejaría que arda

Solo para escucharte gritar mi nombre

Viéndolo todo arder en llamas


Mark.

Limpié las lágrimas de mis ojos a la vez que veía como Raidamaru y el curandero se acercaban corriendo hacia donde estábamos Nishiki y yo.

—Nishiki, Nishiki, por favor, resiste, estarás bien... —Susurré colocando mis manos en su herida, en un intento estúpido de parar el sangrado.

—M-Mark... —Su voz era apenas audible, la sangre bajaba por su mentón también. —A-acércate...

Obedecí de inmediato, acerqué mi oído a su boca para poder oírlo con claridad.

—Mark, yo... —Se quejó de dolor a la vez que fruncía el ceño. —Y-yo te amo...

Me separé de él para mirarlo a los ojos con gran sorpresa.

—Nishiki, ¿qué...-

—Siempre... Lo he hecho... —Me interrumpió, levantando débilmente su mano para acariciar mi mejilla, manchándola con su sangre. —Me hubiera... Me hubiera gustado declararme en otras... Circunstancias, pero... —Se hincó un poco ante el dolor tan agudo que lo atormentaba.

—N-no... Aguanta, Nishiki... Por favor... —Las lágrimas no dejaban de abandonar mis ojos, para caer sobre el suelo.

—Tendrá que ser así... Fuiste... Mi amor platónico... Y lo serás por siempre... —Dijo, tosiendo sangre.

—¡Joder, Nishiki! N-no digas eso... Saldremos de esta... Juntos... Como siempre lo hemos estado... Por favor, por favor... —Tomé su mano entre las mías. —No me abandones...

—Lo siento.... Mark... —Sus ojos poco a poco se cerraban, una solitaria lágrima abandono su ojo izquierdo. —No pude cumplir con mi promesa... No podré estar por siempre... A tu lado. —Su voz se debilitaba cada vez más y sus palabras quedaban atoradas en su garganta.

Apreté su mano entre la mía y lo levanté, sentándolo más cerca de mí. Junté nuestras frentes y sollocé en silencio.

—No digas eso... No... —Cerré mis ojos con fuerza.

—¿Podrías... Cumplir mi último deseo... Por favor...?

Lo miré a los ojos, ya estaban perdiendo su característico brillo.

Simplemente asentí. Él sonrió débilmente.

—U-un beso... —Lo vi directo a los ojos. —Quiero un beso tuyo... Con eso podré morir en paz...

Tuve un momento de duda. Pero de inmediato volví a asentirle a la vez que unía mis labios a los suyos en un suave y delicado beso, más lágrimas abandonaron mis ojos y sostuve su mano contra mi pecho con algo de fuerza.

Su mano libre acarició mi mejilla con suavidad a la vez que correspondía a mi beso con una pequeña sonrisa.

Luego de unos segundos nos separamos y lo vi fijo a los ojos.

Un Lugar Llamado Demon's Wood: Un Nuevo Comienzo (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora