II. Intrusa

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La evolución es impredecible. ¿Quién puede decir qué criaturas dominarán la Tierra mañana?

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Se había alejado lo suficiente para que él no pudiera encontrarla. Ya se conocía los arbustos y huecos más pequeños para esconderse por allí.

Su corazón seguía latiendo fuertemente pero su mente había comenzado a despertar poco a poco tras la impresión de ver a aquel simio.

¿Aquel simio? ¿Se había sorprendido igual o más que ella? Sabía que era una intrusa allí. Por lo que había esperado una respuesta violenta por su parte.

Contra todo pronóstico. Él la había mirado como ella lo había mirado a él. Durante aquellos segundos, o minutos, no estaba segura, había observado a aquel simio. El simio que le había llamado la atención sobre el resto.

No lo había visto más de dos días, más bien vigilado, pero su aura y su comportamiento al verla le daba seguridad. Estaba segura de que aquel simio era distinto, y que no le haría daño.

Y entonces en el pozo oscuro en el que se había convertido su vida apareció un rayo de luz al haberse encontrado con él.

Decidió esperar para que ambos se calmaran pero ahora su esperanza se encontraba en aquel simio.

Mientras su cuerpo, maltratado por el frió de la noche y el calor del día, se volvía más pesado y dificil de mover. Necesitaba comida.

Tomo la decisión de alimentarse de insectos que encontraba por el suelo.

Ya no solo temía salir de allí y que aquellos simios que la seguían la encontrarán. Ahora tampoco podía moverse ágilmente, por lo que le costaría cazar o pescar algún pez.

La próxima vez que volvió a verlo fue saliendo de su aldea. Quiso seguirlo pero él contaba con un caballo y le sería difícil de seguir.

Para sus sorpresa el caballo llegó en poco tiempo, pero una vez cerca se dio cuenta que volvió solo.

Iba a salir de su escondite dispuesta a averiguar dónde está él pero el sonido de unos caballos la detuvo. Eran ellos otra vez. Necesitaba salir de allí.

Se arrastró como pudo. En lo único que podía pensar es que había perdido su esperanza en apenas unas horas.

Pero él no podía estar muerto. Se negaba a pensar que lo estaba.

Una vez en su escondite para ella se volvió todo oscuro, no aguantaba el hambre y el sueño le estaba ganando.

El ruido de un caballo la despertó. Se levantó bruscamente. No podía ser que la hayan encontrado.

Pero tras esperar unos minutos, comprendió que era uno solo ya que se escuchaba un solo caballo. Así que se asomó de su escondite encontrándose con aquel simio, el del otro día. Sabía que él no podía estar muerto.

Pero su mente se fue a otro sitio. Llevaba comida atada a los lados de su caballo, no veía como quitársela sin que él la viera, pero no le quedaba de otra.

Cuando quiso acercarse por detrás, el caballo comenzó a andar y ella lo siguió de cerca. Aunque este fuera a paso medio, ella se quedaba atrás pero no lo perdía de vista.

En un momento el simio de bajo de su caballo y no le importó a donde se dirigiera. Ella necesitaba coger aquellos peces que llevaba.

Cuando pudo acercarse lo suficiente, agarró uno y se lo llevó a la boca. Estaba tan atenta a su comida que no se dio cuanta del simio hasta que lo escucho prácticamente delante de ella.

Levantó la mirada viendo ahora al simio en la compañía de otro.

Su instinto fue correr.

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🚦 Historia de mi invención basada en el Reino del Planeta de los Simios que se encuentra en la obra de el Planeta de los Simios de Pierre Boulle y adaptada por Fox. ¡NO se permite su copia y/o adaptación!

‼️⛔ La historia trata temas profundos y sentimentales entre especies distintas. Conforme pasa la historia también temas más adultos. ¡No lo leas si no buscas este tipo de relación!

ℹ️ Llevo demasiado tiempo sin escribir y puede ser que esté oxidada. Antes no escribía perfecto y ahora menos, así que os pido paciencia.
Y si tienen críticas que sean constructivas o desde el cariño, por favor.

Tú, yo, nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora