Candy sentía gozo ante los últimos días vividos. Estaba tal vez en uno de los mejores momentos de su vida, había estudiado duró para ganar su título de enfermería, y el estar en contacto con Terry la llenaba de emoción, y al compartir con sus amigos y familia la hacían sentir plena, y más al estar Albert su amigo desde que era una adolescente él había llegado a su vida como regalo del cielo en cada momento difícil para ella. No negaría que pasó momentos difíciles con el rubio para no dejarlo sólo, pero finalmente tenía un hogar, y estaba Terry, el cual la invitó a su debut de Romeo y Julieta en New York. Sus primos, amigas y Albert siempre estuvieron ahí a su lado, y el hogar de Pony marchaba sobre ruedas, incluso llegó a entenderse mucho mejor con Flammy, está supo más de su vida, aprendió a admirar su fuerza para seguir adelante y a entenderla mejor, sintió pena de su despedida a la guerra recordándola como una mujer fuerte y admirable. Los días eran más brillantes, más bonitos, todo tenía color.
Tenía en su poder las últimas cartas de Terry y los boletos que le mandó para verlo, y una inmensa alegría de ser su novia, al menos fue lo que él le dijo en una de sus cartas. En un párrafo tan simple y con un reclamo que le pareció de lo más encantador.
Esperaba una última carta en los últimos días pero no llegó, como le llegaba cada semana sin falta. Aún así la decisión estaba tomada iría a New York, confiaba en Terry.
_ Tal vez está ocupado._ Se decía dándose seguridad.
El temor la invadió, una pesadez que antes llegó a sentir, pero debía evitarlo, solo era por los nervios del viaje se repetía.
_ Soy muy pesimista._ Se decía ignorando el miedo interno.
Y el día llegó. Tenía temor sí, pero una amiga la cual no volvió a ver desde que la llevó a la estación con su esposo, le dijo.
_"Se valiente no huyas, es mejor la seguridad que la incertidumbre." Si no lo buscaba jamás sabría si valía la pena o no su espera, y si valía la pena sería un triunfo, y si no valía la pena era hora de pasar página y avanzar. _ Recordó su consejo en la sala de maternidad aquella tarde del estreno del rey Leard.
Fue su nueva regla de vida, saber si algo valía la pena o sólo debía dejarlo ir.
Eran sus pensamientos en la estación de tren y...
_ ¡Candy!_ Fue la voz a sus espaldas. Los ojos de Candy se iluminaron.
_ Stear._ Candy corrió a su encuentro.
Star estaba ahí para despedirla, Candy pudo percibir en el pelinegro, un silencio, una duda, un miedo.
_ ¿Estás bien?_ Candy recordó que jamás estuvo con él a solas, fue un sentimiento extraño para ella. Era como si no conociera en verdad a su amigo de años y algo más hubiera en él, lo veía diferente, como si quisiera confesarle algo pero a la vez no, duda en sus ojos. Su amigo era un hombre muy guapo, realmente guapo, pensó..
Se reprendió ante ese furtivo pensamiento. Sacudió su cabeza, él era su primó adoptivo, novio de su amiga y... _¡¿Terry?!_ La pecosa se sonrojó ante su inesperado pensamiento.
_ ¿Pasa algo?_ Indagó ella tratando de dejar aquello atrás.
_ Tengo que tomar una decisión._ Respondió el pelinegro.
_ Un día una amiga me dijo que era mejor la decepción que la duda._ Candy lo miró, y un destello de luz extraña pasó por los ojos de su amigo mirándola.
_ Candy, vine a despedirme y a darte un obsequio para que me recuerdes, siempre. _ Stear no podía dejar de tener un aire melancólico en él.
Puso en su mano la cajita de música. Sonriendo de la forma que se despide el sol en un bello atardecer.
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Karma: Ruleta del bien y el mal
FanficFanfic del anime Candy Candy, inspirada en los personajes Candy, Terry y Susana y el cómo las consecuencias de sus acciones definen el resultado de su vida. Nuevamente las invito a todas a un paseo por mi cabeza, en el cuál veremos una historia sobr...