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El aroma a madera quemándose llegó a mi nariz, ese olor tan bueno de la mañana que estaba fresquita por la nieve, al lado de otros aromas como al pan casero, mate y mermelada. Incluso aunque mi cuerpo estuviera temblando, era tan agradable.

Estaba atento a como mi hermano mayor me ataba unos trapitos al rededor de los tobillos para que no sintiera tanto frío en mis pequeños pies.

Creo que tenía seis años

Santiago del estero me había cuidado mucho tiempo desde que papá tenía que dejarme solo. Era una tradición casi, cuando papá estaba ocupado, uno de los hijos mayores cuidaba de un bebé en especial hasta su regreso.

Como padres sustitutos entre hermanos.

____ ya está ___ murmuró ___ no son la gran cosa traída de Europa pero sirven ____ me dijo con una sonrisa para luego ponerme un gorrito de lana tejido a mano. 

Santiago del Estero aun bajo su aspecto tosco y rudo era un buen cuidador, hasta incluso hacía ropa para mi, de la misma manera en la yo luego lo haría con Santa Cruz.  Nuestro lazo siempre fue fuerte aunque no lo parecía a simple vista, quizás porque me pegó un poco esa forma tosca de mostrarme cercano a otros.

_____  ¿como las de baires? ____ pregunté en un tono agudo removiendo un poco las piernas para asegurar que estaban bien atados.

_____ si ... pero estas están hechas con amor, ¿te gustan?____ me preguntó para luego ayudarme a bajar de la silla.

____ si ... gracias ____ dije

____ hicimos mate cocido para vos ____ me dijo tomándome de la mano para ir al lado del fuego que había hecho esa mañana ____Dios, se supone que los territorios del norte son tropicales, pero vos tenes hasta nieve ... jajajjaja  yo apenas tuve nieve una vez.

Acerqué mis manos al fuego que se mantenía rojo y vibrante, calentando mis manos que se habían puesto algo rojas por el frío. Como una flor federal se hacían llamas al rededor de la olla que estaba sobre un pequeño banquillo de metal, calentando agua que hacia bailar los trocitos de yerba.

_____ ya te voy a conseguir unos guantecitos ... papá se fué por trabajo y Buenos Aires nos sacó a patadas otra vez, ni me dió tiempo de sacar tu ropa de invierno.

_____ no importa, hay fuego ____ le respondí provocando una risa en Santiago.

____ te conformas con  el fuego ... que alivio . 

Como Santiago había dicho, papá tenía asuntos fuera del territorio nacional,  lo que nos dejaba bajo el cargo de Buenos Aires. Fuera de ser algo que podría ser lo común para una familia nos terminaban hechando de la casa principal hasta que mi padre volviera.

Un completo abuso de poder

Santiago hizo una pausa, clavando su mirada en el fugo que comenzaba a mover la tapa de la olla por el vapor _____ ay tucu, te trajeron a esta vida tan brusca de la nada ____ dijo con algo de tristeza _____ lo que me gustaría gritarle a ese asqueroso de Buenos aires... no tiene corazón con una cosita tan chiquita como vos ... ¿y si te enfermaras por no abrigarte? ... lo odio.

Sus palabras, a día de hoy, se escuchan tan dolorosas y con cada año les voy dando mas sentido como un viejo que reflecciona dichos. Me eh acostumbrado tan gradualmente a todo lo que me hace daño que mis límites están rotos por eso mismo.

Pensar en todo lo que tuvieron que pasar los que estuvieron antes que yo, me llena de un vacío enorme. Santiago incluso tiene una cicatriz en su mano derecha, que presiona cuando ve a Buenos Aires cerca.

Ambivalencia: Lemon BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora