¿Y ahora qué?

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>>...

Las cenizas alzaron su vuelo mientras las contemplaba desaparecer frente al sol que se alzaba entre los nevados árboles, mi corazón se estrujó por unos segundos, pero lentamente fue liberándose del dolor que había guardado por tantos años.

Sentí mis ojos humedecerse mientras mis labios formaban una sonrisa algo amarga, no tengo duda de que esto es lo mejor...

Me apoyé en Frost Bite para levantarme, volví mi mirada hacia la cripta que estaba comenzando a desmoronarse lentamente, incliné mi cabeza en agradecimiento y me transformé en ave alzando el vuelo.

Frost Bite me seguía el paso todo el camino de regreso a la ciudad, ahora su madera estaba al descubierto.

Aterricé algo alejado de la entrada y me destransformé, Frost Bite regresó a mi mano y comencé a caminar en silencio, mientras el canto de unas cuantas aves comenzaba a sonar. Mis pisadas eran pesadas, sostenía mi lanza con fuerza para apoyarme mientras caminaba.

La ciudad iba despertándose poco a poco, saludando un nuevo día, así como yo estaba saludando esta nueva etapa, sin Sombra, sin Trix y sin Rudeus, únicamente yo. Sentía una extraña sensación de libertad pero, también podía sentir como si mi cuerpo estuviese en una caída libre.

¿Es así cómo debería sentirse la libertad? Un extraño vértigo recorría mi cuerpo.

No tardé mucho en volver a la habitación, al abrir la puerta pude ver a Estefania aún durmiendo, así que entré en silencio para no despertarla. Avancé a hurtadillas por el suelo de madera hasta llegar al cuarto de baño, cerrando la puerta tras de mí, me deshice de mis prendas con olor a no-muerto y me metí al agua caliente recién conjurada.

El vapor de agua inundaba el cuarto, solté un suspiro de alivio al sentir como mi cuerpo se relajaba, el vértigo ceso y en su lugar sentí el fondo de la tina de madera sosteniéndome. Deslice mis dedos a lo largo de mi cuerpo original, si no fuera por la magia de sanación estaría lleno de cicatrices...

>>Hmm...

Recargué mis manos sobre los bordes de la tina y estiré mi cuerpo, aún había algo de ruido en mi cabeza pero, decidí ignorarlo por el momento, ya habrá tiempo para pensar en eso... Quiero disfrutar de este momento a solas conmigo.

Sephyro reclinó su cabeza mirando al techo del cuarto, el vapor del agua escapa por unas rendillas y evitaba que se acumulase, él se quedó por primera vez en blanco. No más planes, no más problemas y no más investigaciones, sólo el sonido de su cuerpo goteando agua en la tina, sus latidos y su profunda respiración.

Hmm... Cuánto... silencio...

Mis pesados párpados cedieron ante esta paz, inhalé hondo y exhalé antes de caer dormido...

No recuerdo cuánto tiempo dormí en la tina, pero cuándo volví a abrir los ojos no pude evitar sonreír mientras unas cuantas lágrimas brotaban débilmente, esta ligereza, calma y silencio eran lo que más había anhelado desde hacía mucho.

Con algo de esfuerzo me levanté de la tina y sequé mi cuerpo, después lave mi túnica y la sequé con magia de aire, creo qué Rudeus una vez mencionó que eso daña la tela, pero honestamente es lo más práctico.

Me volví a vestir y salí completamente renovado del baño, al abrir lentamente la puerta pude presenciar un evento que pocos afortunados son acreedores de tal honor, mis ojos se iluminaron en cuestión de instantes.

Estefania estaba recién levantada, su cabello rubio estaba desordenado y enmarañado, se estaba tallando su ojo celestino con el puño de la mano. Mi corazón se detuvo unos segundos al ver las sábanas blancas deslizarse por su frágil cuerpo, se veía tan delicada, tan frágil... Inclusive si no lo hubiese prometido, mi cuerpo entero gritaba por protegerla, cubrirla con mis brazos y ocultarla del mundo...

Mushoku Tensei-Un nuevo jugadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora