SOMOS ⥏ 1 ⥑ SOMOS

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El peso del arrepentimiento siempre ha sido uno de los peores dolores que un humano cualquiera con lamentos ha tenido que soportar. Era un dolor insoportable, pues tenía repercusiones severas en el futuro que debía ser tranquilo.

El lamento de un amor, era, singularmente, un dolor menos común que cualquier otro tipo de arrepentimiento, pero era uno de los más pesantes y dolorosos de todos, pues pensar de lo que pudo haber sido con una persona o lo que fue o lo que es, era siempre algo que deprimía los sufrientes de este tipo de tormento.

Pero él no tenía nada de qué preocuparse ¿No es así? En ningún momento se había arrepentido de haberlo conocido, y la aflicción de no haberlo hecho tampoco lo consumía, pues por eso ambos estaban ahora en una relación formal.

En ningún momento había sufrido de ese lamento, excepto en ese preciso momento, en donde la culpa lo carcomía y lo rasgaba internamente, mientras observaba con delicadeza el cuerpo desnudo y tranquilo de una mujer que dormía plácidamente en una cama que era desconocida para el hombre que ahora reflexionaba sobre su pareja.

Pensaba en mucho y en nada: en su pareja y en la traición que le había dado. En la manera cariñosa en la que lo veía en la mañana y en las palabras que le dedicaba antes de sumirse en el mundo de los sueños. En el amor que le proporcionaba por medio de pequeños actos. En su mirada y su carácter. Y en la mujer, con la que hace poco acababa de engañar a aquel al que amaba.

Intentaba convencerse a sí mismo que eso no había sido su culpa, que solo se había encontrado en el mal lugar en el momento equivocado con la persona equivocada. Pero por más que quería creer esa mentira, la culpa era más fuerte y no lo dejaba persuadirse a sí mismo de creerla.

Una lágrima amenazaba de salir de sus ojos, mientras que en sus pensamientos rondaban la imagen de su amado ¿Que se supone que debería hacer? Se preguntaba una y otra vez sin encontrar respuesta alguna que calmara sus preguntas.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de un bostezo que indicaba que la mujer había comenzado a despertar. Levantó la cabeza un poco y vio como ella le dirigía una sonrisa tímida y cansada, que lo invitaba y tentaba a volver junto a ella.

La sonrisa de la mujer era hermosa y delicada, como una flor que prosperaba a finales de la primavera. Y sus ojos cansados, lo miraban con deseo, mientras pasaba su mirada por el cuerpo fornido del hombre que tenía en frente suyo, quien la miraba desde la lejanía con un deje de tristeza y culpa.

— ¿Qué sucede? — preguntó de pronto la mujer al ver cómo el hombre no respondía de manera alguna a sus provocaciones, haciendo que su sonrisa se desvaneciese en cuestión de segundos.

No obtuvo respuesta alguna, puesto que el hombre se había de pronto levantado de la cama y había comenzado a tomar la ropa que estaba tirada en todos lados, desde el suelo hasta algunos sillones que decoraban la habitación. Las recogía y se ponía lo que podía lo más rápido que le era posible, al final, tomando un pequeño lazo con el que se ató el cabello que antes reposaba en su piel antes desnuda.

— ¿A dónde vas? — la mujer se había sentado en la cama tan pronto como vio las intenciones del hombre.

— Lo siento — era un susurro, pero había sido escuchado por la mujer quien había tomado una de las mantas de la cama para cubrir su desnudez.

— ¿De qué hablas? — también se había puesto de pie mientras miraba cómo el hombre terminaba de vestirse y se volteaba para mirarlo.

— Esto fue un error... No debí- No tuve que haber venido — sus ojos se conectaron con los de la mujer — No puedo hacer esto — fue lo último que dijo antes de girarse y tomar la perilla para abrir la puerta, por donde salió de la habitación.

I'll hold you in my arms ⥏ Jacob x Arno ⥑⥏ Jarno ⥑Where stories live. Discover now